F.R. Adrados - J. Rodríguez Somolinos
Museum Criticum 30-31, 1995-96[1997], pp.301-317



Diccionario Griego-Español, Vol. V


I.
Orientación general

De nuestro Diccionario Griego-Español (DGE en adelante), que comenzó a publicarse en 1980[1], verá la luz en 1997 el volumen V (δαίνυμι - διώνυχος), que dejará casi completada la letra delta. Trabajamos al propio tiempo en el volumen VI, que abarcará una parte considerable de la épsilon, y en una nueva edición, totalmente renovada, del volumen I. Querríamos presentar aquí algunas novedades de este volumen V: sólo algunas cosas generales y, con algo más de detalle, las comprendidas dentro de una pequeña muestra, a saber, la parte inicial, de δαίνυμι a δαρδάπτω. Equivale a 4 páginas de Liddell-Scott-Jones (LSJ en adelante), lo que supone en torno a un cinco por ciento de nuestro volumen V, pero creemos que es suficientemente significativo.

Diremos
, previamente, algunas cosas sobre esta obra, para aquellos que no la conozcan bien[2]. Se trata de un diccionario de amplia extensión, triple digamos que el de LSJ (sobre esto véase infra). Incluye, de modo más o menos selectivo, la literatura cristiana, los topónimos y los nombres propios (personajes históricos, míticos, etc.), así como el griego micénico (éste en dos Anejos enlazados mediante referencias cruzadas[3]). Los textos antiguos son citados siempre por una misma edición, lo que no excluye ocasionalmente hacer referencia a variae lectiones de los códices y a conjeturas, así como a correcciones o lecturas mejoradas en el caso de las inscripciones y los papiros.

Para dar una idea del volumen de materiales tomados en consideración, digamos que la nueva edición de la Lista I (de Autores y Obras) publicada en el volumen III (1991) contenía 2.626 entradas, la de la Lista II (Papiros y Ostraca) 230 y la de la Lista III (Inscripciones) 207. A estos datos hay que sumar los de las listas suplementarias de los volúmenes IV y V. Las Listas I, II y III del volumen IV incluían respectivamente el siguiente número de entradas, totales y nuevas (entre paréntesis): 183 (21), 31 (19) y 28 (17). Pues bien, los datos (todavía provisionales) correspondientes a las nuevas Listas suplementarias I, II y III del volumen V son los siguientes: 189 (38), 38 (20) y 43 (33).

Como se puede apreciar, el esfuerzo por mantener al día, en la medida de nuestras posibilidades, la bibliografía de referencia es constante. Pensamos que todo este esfuerzo bibliográfico no solo es un serio indicio de la mejora en cantidad y calidad del diccionario, volumen tras volumen, sino que constituye algo valioso por sí mismo y que puede ser apreciado y utilizado por los filólogos clásicos de todo el mundo[4]. Más adelante mencionamos algunas de las principales novedades introducidas en las Listas del volumen V.

Volviendo a las características generales de la obra, diremos que nuestro esfuerzo se ha centrado en tres direcciones principales:

a) Aumentar la documentación, tanto la procedente de los autores clásicos, tardíos y cristianos (hasta el 600 d. C. en términos generales), como de textos documentales (inscripciones, papiros, óstraca, etc.); revisar todas las citas incluidas de acuerdo con las ediciones adoptadas y acompañarlas del contexto y las explicaciones adecuadas; revisar la lematización así como la información prosódica, gráfica y morfológica. Todo ello supone que cada cita es revisada, en sus aspectos formales y de contenido, un mínimo de dos veces y muchas de ellas lo son tres y más veces en diferentes fases de la realización del diccionario. Aspiramos por tanto, por una parte, a que no queden lemas o formas sin recoger, aunque tampoco estamos obsesionados por la exhaustividad en la recogida de términos raros en autores de segunda fila. Y por otra parte, a que toda la información que presentamos sea de primera mano y esté actualizada. Esto último es crucial para evitar errores, arbitrariedades e imprecisiones.
La labor básica de recogida de materiales se efectúa ya para todo el DGE, ya para los artículos que se están redactando; ya directamente a partir de los textos, ya de diccionarios, léxicos y trabajos filológicos y lexicográficos diversos, ya de soportes informáticos.

b) Rehacer completamente la organización interna de los artículos, de acuerdo con criterios semánticos, no lógicos, cronológicos ni ocasionales. Naturalmente, la clave está en la lengua de salida, el español en este caso: se trata de establecer en qué circunstancias contextuales (lingüísticas o extralingüísticas) una palabra griega debe traducirse por una determinada palabra española. Se dan ejemplos en la bibliografía citada en la nota 2.

c) Hacer el máximo uso, en la medida de nuestras posibilidades, de los recursos informáticos, como también se especifica en la bibliografía citada en la nota 2. Y ello tanto a efectos de la búsqueda de materiales como de su almacenamiento y procesamiento en las sucesivas fases de preparación de cada volumen (redacción, revisiones, composición de los volúmenes). Entre las principales novedades a este respecto del volumen V cabe destacar el diseño de un sistema de autoedición del diccionario y una revisión más rigurosa de los bancos de datos informatizados del griego antiguo. Con respecto a esto último, hay que decir que además de utilizar de modo sistemático el CDROM C del TLG durante el proceso de redacción (en parte directamente con ayuda de programas comerciales y en parte por medio de un índice selectivo de los autores más importantes creado con ayuda de un programa diseñado por nuestro colaborador D. Riaño) y someterlo al final a una segunda revisión, hubimos de acometer posteriormente otra laboriosa revisión del CDROM D. Ambos discos se revelaron, como no podía ser de otro modo, enormemente fructíferos. Muy productiva resultó también la no menos laboriosa revisión de las inscripciones contenidas en el CDROM #6 del Packard Humanities Institute. Este CDROM, que, a diferencia de los del TLG carece de índice, contiene un material valiosísimo de gran importancia para nosotros. Todo esto se traduce en varios miles de nuevas citas convenientemente estudiadas que incorporamos a la lexicografía general del griego antiguo.
Los aspectos puramente cuantitativos no son, pues, los únicos. Aun así, daremos unos datos sobre el volumen V, en comparación con LSJ. He aquí, a título de ejemplo, el número de citas en LSJ (+ el Revised Supplement) y en el DGE en algunas palabras de diversas extensiones. Como se podrá apreciar, la proporción entre las citas del LSJ y las del DGE oscila entre algo más de 1/2 y 1/4, y a veces más. En conjunto, estimamos que la proporción real de citas en todo el volumen es un poco inferior a 1/3, lo que nos parece bastante adecuado. Tan solo matizaríamos que en el caso de las inscripciones y los papiros, un campo al que hemos prestado gran atención en los últimos años, esta proporción sí la hemos superado ampliamente debido a su especial interés. Hecha esta salvedad, digamos que a pesar de las facilidades existentes hoy en día para multiplicar ad infinitum la documentación, no tenemos intención de ampliarla en el futuro más allá del nivel que ya hemos alcanzado. Según nuestros últimos datos, este volumen incluye más de 56.000 citas.


Lema LSJ + Suppl. DGE
δακτύλιος 15 + 1 102
δάκτυλος 44 + 4 172
δάνειον 5 + 1 37
δαπάνημα 7 + 1 46
δέ 69 + 9 544
δεκάς 12 + 5 72
δεκουρίων 0 + 5 19
δέλτος 19 + 3 61
δεσποτικός 18 + 3 35
δή 161 + 4 780
δηλόω 44 + 1 158
δημοθοινία 6 + 2 21
δημοκρατία 10 83
δῆμος 74 + 6 196
δημοτελής 12 + 1 53
διά 197 + 10 680
διάγνωσις 17 + 1 51
διάδοσις 13 41
διαδοχή 23 + 3 66
διακατέχω 15 37
διάκειμαι 30 + 2 89
διαλείπω 34 99
διαστολεύς 5 21
διαταγή 10 + 1 35
διάταγμα 11 47
δίαυλος 14 + 2 72
διαφέρω 138 + 11 221
διαφορέω 27 + 1 55
διαφωνέω 23 + 6 71
διεγγυάω 7 + 1 27
διέπω 23 + 1 91
διηνηκής 35 + 3 107
δικαιοδοτέω 5 + 1 19
δίκη 108 269
δίοδος 12 + 2 38
διοικητής 11 75
διόρθωμα 5 + 2 17
διορθωτής 5 + 1 18


En cuanto a los nombres propios, que, salvo excepciones, faltan en LSJ, diremos a título de ejemplo que los antropónimos Δημήτριος y Διονύσιος recogen respectivamente 77 y 111 personajes históricos y de ficción así llamados, convenientemente ordenados por su procedencia, actividades y fechas. A su vez, los téonimos Δημήτηρ y Διόνυσος recogen respectivamente 134 y 250 citas, que documentan las diversas variantes de sus nombres e ilustran los distintos mitos, esferas de influencia y epítetos de ambos dioses.

Este volumen contiene la preposición διά y una larguísima serie de verbos, nombres y adjetivos derivados de este preverbio; también hay otras importantes series de derivados y compuestos, por ejemplo con δεκα-, δευτερ-, δημ- y δικ-. Aparte de esto, contiene, de entre los lemas extensos, los de los verbos δαίνυμι (y otros de igual raíz), δάμνημι (igual observación), δείδω, δείκνυμι, δέρκομαι, δέχομαι, δέω (los dos verbos), δίδωμι y διώκω; los de los nombres δῆμος y δίκη; los de los adjetivos δεινός y δῆλος; y los de las partículas δέ y δή.

Para
las palabras nuevas, que faltan en LSJ, véase más abajo y, también, una publicación en prensa sobre vocabulario científico y técnico en el DGE[5]. Muy a menudo no se trata de palabras nuevas, sino de nuevas acepciones: así por ejemplo, en diversos compuestos o derivados con δεκα- (δεκαδαρχέω, -ης, -ία; δεκαπρωτεία, -εύω, -ωτος; δεκάρχης, -ία, -ος; δεκουρία, -ίων; δεκάς) aumentamos considerablemente el número y precisión de sus acepciones dentro del ámbito administrativo, sobre todo en época helenística y romana. Para el vocabulario técnico, en el más amplio sentido de la palabra, éste es un caso muy frecuente.

Ofrece, así, amplio campo este volumen no sólo para la inclusión de nuevo material y para la revisión del total, sino también para la mejora en la lematización y en la organización interna de los artículos, como vengo diciendo. Me refiero ahora solamente a este último punto.

Diremos que el gran aumento en cuanto a número de citas (y, en definitiva, al espacio dedicado) en lemas como los citados a título de ejemplo tiene que ver no sólo con la mayor precisión en cuanto a contextos y matices sino, en definitiva, con la organización del lema y la riqueza en acepciones y posibles traducciones. Pondré unos pocos ejemplos, abreviados y sin citas.

Uno de ellos puede ser δεκάς, cuyo esquema es el siguiente:

A c. valor colect. I de pers. 1 decena, grupo de diez. 2 milit. década, contingente de diez hombres al mando de un δεκάδαρχος y de modo más impreciso sección, pelotón, tropa formada por un número reducido de hombres: en el ejército persa, en la infanteria macedonia, en la flota rodia; en la caballería, en el proyecto militar de Jenofonte grupo de diez jinetes; fig. de peces agrupados como en una formación militar banco, sección de diez. 3 con connotaciones neg. grupo, banda.
II de cosas y abstr. 1 decena, conjunto de diez de barcos, etc. 2 ref. al tiempo, frec. con gen. plu. del lapso cronológico a) década, decena de días, etc.; b) en sg., c. valor colect. conjunto de décadas, número de décadas de años.
B sin valor colect. I fil. el número diez, el diez como abstracción; como número perfecto en la fil. pitagórica, etc.
II como sinón. de δεκάτη diezmo.
III como adj. diez en plu.

Otro podría ser δηλόω, cuyo esquema básico es así:

A tr. I no ref. al lenguaje 1 hacer visible, mostrar o exponer a la vista. 2 mostrar, hacer ver, poner en evidencia o de manifiesto actitudes, realidades o situaciones. 3 representar gráficamente.
II ref. al lenguaje, oral o escrito 1 revelar, dar a conocer ref. a abstr. o realidades ocultas; de dioses, oráculos y sueños revelar, descubrir, declarar; averiguar, determinar. 2 explicar, aclarar, dejar claro mediante narración o exposición y p. ext. exponer, narrar, contar frec. aportando testimonios literarios como argumento de autoridad; expresar, exponer argumentos o instrucciones. 3 probar, demostrar esp. en argumentación fil. o forense; atestiguar, confirmar. 4 comunicar, informar de, hacer saber noticias, información; comunicar oficialmente, poner en conocimiento; declarar oficialmente, en documentos legales. 5 publicar, hacer público mediante documento oficial de carácter público; proclamar; registrar, notificar disposiciones funerarias en archivos públicos; c. ac. de pers. anunciar solemnemente a alguien. 6 significar, tener un sentido o valor; esp. en teoría gram.; en especulaciones mitológicas simbolizar, significar. 7 citar, transcribir, reproducir; esp. en part. pas. mencionado, susodicho, ya citado; indicar, designar, referirse a. 8 preguntar, querer saber.
B intr. ser evidente, revelarse, aparecer claramente c. diversas constr.

También gana mucho, pensamos, δῆμος, cuyo esquema es como sigue:

A local 1 no administrativo territorio, país. 2 demarcación territorial dentro de un estado, distrito, demo.
B ref. pers. I étnico-social 1 población, conjunto de habitantes de un territorio; tard. plu., gente. 2 analóg. pueblo, raza de anim., etc.
II socio-político 1 pueblo a) como sector de la población, op. la aristocracia, etc.; b) entendido ya como pueblo, comunidad de ciudadanos; tard. frec. en plu. c. mismo sent. pueblo, ciudadanía, gente y tb. muchedumbre, masa, multitud frec. c. valor peyor.; en ép. biz. frec. ref. a los seguidores o partidarios de las facciones del hipódromo; personif. y divinizado, esp. en ép. imper. 2 milit. ὁ δ. τῶν στρατιωτῶν la tropa. 3 en el AT clan, familia como subdivisión de la φυλή.
III político-administrativo 1 de los ciudadanos reunidos en asamblea asamblea del pueblo en Esparta, en Atenas, etc. 2 del pueblo en el ejercicio del poder político democracia, régimen democrático op. oligarquía, etc.; como trad. del latin plebs.
C aplicado a un solo individuo I de pers. 1 de hombres individuo que forma parte del pueblo, op. `príncipe'; tard. persona que es puro pueblo, plebe. 2 de mujeres mujer pública.
II bot. 1 otro n. de κατανάγκη, quizás cornicabra. 2 otro tipo de κατανάγκη.

Por último, presentamos el esquema de δίκη, una de las palabras clave de este volumen:

A gener. I frec. en or. nominal 1 manera, modo de ser natural o propio, regla, ley. 2 curso normal de las cosas; fil. la naturaleza misma, la realidad casi como sinón. de λόγος o ἀλήθεια; entendida como un equilibrio de reparaciones o retribuciones (cf. B I). 3 manera de actuar, comportamiento c. gen. o adj. de pers., individuos o grupos humanos.
II usos adv., ac. δίκην como prep. de gen. a la manera de en compar. c. anim., pers., etc.
B reducido a la realidad social, pre-jur. I entendido como retribución o reparación 1 lo debido, justa compensación o retribución consuetudinaria. 2 satisfacción, reparación, restitución tras una injuria, frec. pecuniaria, c. verb. que significan `pagar', `dar'; lo merecido como castigo; en lit. crist. castigo divino. 3 c. el matiz subjet. de venganza; esp. c. verb. en v. med.
II como concepto abstr. justicia a) op. las acciones `malas' esp. a la violencia y sancionada por la divinidad, esp. Zeus; b) como base de cohesión social justicia, orden establecido unido al poder político; unida a otras cualidades cívicas; opuesta a la tiranía, etc.; en lit. crist. justicia divina.
C institucionalizado I justicia, derecho, legalidad c. sede y administrada por jueces, desarrollada en leyes y sentencias.
II manifestada en forma de 1 veredicto, dictamen, sentencia. 2 pena, condena establecida; dep. de verb. que significan `dar', `pagar' (cf. B I 2); dep. de λαμβάνω.
III como procedimiento 1 querella, pleito, litigio a) frec. dep. de δικάζω juzgar, sentenciar un pleito; c. otros verb.; δίκην δικάζεσθαι entablar un proceso, procesar como demandante; b) como causa privada op. γραφή `causa pública', etc.; c) desde el punto de vista de los que juzgan; de donde por extensión y tb. fig. tribunal; d) desde el punto de vista de la defensa. 2 arbitraje. 3 acto, celebración de juicio, juicio.
D usos simbólicos I personif. difícil de separar de B II 1 Justicia como garante de la regulación de la naturaleza y el orden social, considerada hija de Zeus y una de las Horas.
II 1 entre los pitagóricos otro n. del número tres; del número dos, como falsa etim. rel. δίχη; del número cinco. 2 astr. ἡ Δ. identificada c. la constelación Virgo.

Como se ve, los criterios para establecer las acepciones son, fundamentalmente, de clases de palabras y subclases (nombres de personas, cosas, abstractos, animales; colectivo / no colectivo); de número gramatical; de circunstancias locales, temporales, sexuales, político-administrativas, etc.; de fecha y tipo de literatura; de lenguas especiales (fil., bot., milit.); de connotaciones. También intervienen las oposiciones y la sinonimia. En otras palabras, es el contexto verbal (clases y subclases de palabras, categorías y funciones), y el extraverbal el que cobra relevancia. Es decir, priman los contextos sintáctico y lexical.

Para que se vea hasta qué punto puede variar el número de contextos, y, consecuentemente, de acepciones y traducciones, cito el caso de la partícula δή (véase arriba sobre el número de citas). En LSJ hay una organización que va de I a IV, con algunas subdivisiones internas: I en épica (raro en lírica) al comienzo de una oración o cláusula; II como partícula de énfasis; III para marcar una transición, IV con partículas indefinidas. Es una organización basada en criterios no uniformes y notablemente lagunosa.

Pues bien, en el DGE (sin entrar a fondo) hay cuatro letras mayúsculas A, B, C y D. Dentro de A hay subdivisiones de I a X (que contienen otras internas); B se divide en I y II; C en I, II y III; dentro de D hay subdivisiones de I a VI. La división fundamental es entre uso enfático (A), conectivo (B), subjetivo (C) y uso en combinación o reforzando otras partículas (D). La indicación del contexto es esencial para decidir sobre el sentido: se trata de contextos que son ya clases de palabras (y, dentro de ellas, subclases: distintos tipos de pronombres, etc.), ya modos verbales, etc., ya tipos de oración (negativas, exclamativas, subordinadas de diversos tipos, etc.). A veces se combinan varios factores: oración exclamativa y pronombres y adverbios de ese tipo; o se introducen otros, como el retomar algún término, introducir citas o evocaciones del autor, etc. En suma, tras estudiar la organización no sólo de LSJ, sino la de Denniston (The Greek Particles, Oxford 1934) y diversa bibliografía, creemos haber dado un paso adelante.

Nótese, insisto, que la organización es por el sentido de las acepciones (en español, por supuesto), los datos contextuales sólo interesan a este efecto y pueden ser equivalentes entre sí. Por ejemplo, en διά prescindimos de la organización a partir del caso, como es habitual (en LSJ hay A con Gen., B con Ac., C como adv.). Puede haber construcciones con Gen. y Ac. que producen el mismo sentido, entran en la misma acepción: si se usa uno u otro caso depende de factores de dialecto, género literario, etc. En el DGE A es adv., B prep. c. verb. de mov. real o fig., C con otros verbos, frecuentemente tr., indicando motivo o causa, D indicando causa y motivo, o agente frec. c. verb. tr. Estas distribuciones se subdividen de varias maneras, con criterios de contexto lexical (según las subclases de palabras del sujeto o régimen), sintáctico, de usos especializados (por ej., B I 4 mús. διὰ πασῶν, etc.), etc. Y pueden alternar los casos. En B prep. c. verb. de mov. real o fig. I c. verb. intr. indic. direcc. hasta el otro lado 1 a través de un obstáculo, hay Gen., pero también Ac. (Il.7.247, 22.327): hay neutralización, no es el caso lo decisivo. O en C I 1 por causa de, por con Ac. y Gen., pero aquí el primer caso es el normal, el segundo raro, poético y tardío. Son mecanismos muy finos y sensibles que hemos tratado de poner al descubierto[6].

Cerramos la primera parte de este trabajo indicando las principales novedades en cuanto a ediciones respecto a los volúmenes anteriores. Un buen número de los libros utilizados a partir de este volumen corresponde a textos nuevos o que nunca habian sido tenidos en cuenta en diccionarios generales del griego antiguo. Y ello no solo en el caso de las colecciones de papiros e inscripciones, donde es algo normal. Dejando de lado diversas ediciones en publicaciones periódicas y aisladas, por lo que se refiere a los libros, aparte de bastantes volúmenes anteriores a 1992, incorporamos más de ochenta posteriores a 1992 a razón de una veintena por término medio para cada año. Algunos de los más interesantes incorporados a cada una de las tres listas podrían ser los siguientes: Lista I: Arist.EE (Walzer-Mingay 1991), Cerc. (Lomiento 1993), Com.Adesp. (Kassel-Austin 1995), Diog.Oen. (Smith 1993), Hell.Oxy. (Chambers 1993), Phld.Elect. (Indelli 1995), Phld.Po.5 (Mangoni 1993), Porph.Fr. (Smith 1993), Vit.Aesop.G (Papathomopoulos 1990), Zos.Alch.Comm.Gen. (Mertens 1995); Lista II: Berichtigungsl IX (Pestmann 1995), CPF 1** (1992), CPF 3 (1995), PDub. (McGing 1995), PKell.G. (Worp 1995), PMich. XVII (Youtie 1996), POxy. 59-62 (1992-96), PPher. (Sijpesteijn-Worp 1993), PTor.Choachiti (Pestmann 1992), Sammelb. XVIII (Rupprecht 1993); Lista III: GMA (Kotansky 1994), ICos (Segre 1994), IG 13(2) (Lewis-Jeffery 1994), IManisa (Malay 1994), IPArk. (Thür-Taeuber 1994), IPrusa II (Corsten 1993), ISide I (Nollé 1993), MAMA X (Cox y otros 1993), SEG 41-42 (Pleket-Stroud 1994-95), Thasos III (Duchêne 1992).

II. Una muestra: de δαίνυμι a δαρδάπτω.

1. Eliminación o corrección de entradas.

Es frecuente en críticas a nuestro DGE señalar que falta tal o cual palabra presente en diccionarios anteriores. Salvo algún caso especial, la experiencia nos dice que se trata de palabras o formas eliminadas en las ediciones que nosotros seguimos o que han sido puestas en cuestión en bibliografía crítica posterior a la edición. Especialmente el uso de nuevas ediciones para los principales lexicógrafos (Hsch., Sud., etc.) así como para todo tipo de autores literarios (trágicos, cómicos, etc.) trae inevitablemente esta consecuencia, salvo que alguna vez hayamos recogido uariae lectiones o conjeturas rechazadas en estas ediciones. No podemos hacer otra cosa sino rogar al lector que tenga siempre muy presente nuestra Lista I, la de Autores y Obras. Por lo que se refiere a las inscripciones y los papiros, hay que decir que, con algunas excepciones, procuramos siempre citar por la ultima edición basada en la lectura del original. En este tipo de textos (especialmente los papiros), el volumen de términos presentes en ediciones y diccionarios que desechamos es apreciable. Afortunadamente, contamos en este terreno con la inapreciable ayuda de las Berichtigungliste y otras publicaciones.

En el caso del volumen V he aquí una lista de lemas presentes en LSJ que desaparecen en esta sección del DGE:

δάκαρ δάλα δαμαντήρ δάντα
δακνιστήρ δάλιδας δαμνογόνη δαπιδυφάντης
δακόσσαι δαλίς δάναιε δαόν
δακτυλοδόχμη δάλκιον δανάκιον δάπακες


A veces la ausencia de un lema o la aparición de un lema nuevo es cuestión no de crítica textual, sino de interpretación, especialmente lingüística. No tenemos un lema δακτυλοκαμψόδυνος porque creemos que el pasaje de AP 16.18 requiere entender un sustantivo, ciertamente rebuscado, δακτυλοκαμψοδύνη, no el adjetivo. No tenemos δαμαλίζω, sino δαμαλίζομαι, porque la v. act. sólo estaba en Pi.P.5.121, donde hay que entender un verbo καταδαμαλίζω con tmesis; nos quedamos, pues, con sólo la voz media, bien atestiguada. Entendemos que la forma δαπανούμενα en la ley de los misterios de Andania (IG 5(1).1390.55) es más verosímil que corresponda a un verbo δαπανέω en lugar de δαπανόω. Preferimos hacer un lema δαινύω para la forma de impf. δαίνυεν, que LSJ incluye bajo δαίνυμι. Los dos papiros que LSJ recoge bajo un lema δακτυλίδρυον los consideramos grafías de δακτυλύδριον, ahora conocido por otros testimonios. O bien no damos una acepción porque ha cambiado la interpretación: falta en δαῖος la acepción correspondiente a LSJ II knowing, cunning porque entendemos que en Posidipp.18.2 significa tremendo, extraordinario. No hay el equivalente a δαμάλις II girl porque es un uso figurado del significado común ternera.

2. Hapax que dejan de serlo.

He aquí una lista de palabras dentro de esta sección que eran hapax en LSJ y que dejan de serlo en el DGE al haber aparecido nueva documentación (entre paréntesis figura el número de citas):

δαιταλουργία (3) δαιτυμονεύς (3) δακρυοποιός (2)
δακρυχέω (16) δαμάλιον (4) δάμαλος (2)
δαμαρίππεως (2) δαμασάνδρα (3) δαμασίχθων (2)
δαμαστικός (2) δάμνια (4) δανάη (2)
δαπάνησις (3) δαπανητής (2) δάπτης (3)


Para estos lemas, sólo en δαμαστικός, δάμνια (= δάμνιον en DGE), δαπάνησις y δαπανητής añade el Revised Supplement nueva documentación. En δακρυχέω el enorme aumento en la documentación depende del corte de palabras en las ediciones.

3. Nuevos lemas.

De resultas de las búsquedas en textos nuevos o ya conocidos y de los cambios de edición, etc., en el sector citado de nuestro DGE encontramos 72 lemas ausentes de LSJ. Quedan excluidos de esta relación los nombres propios, las llamadas al DMic, los lemas de referencia así como aquellos lemas nuevos que derivan de distintas interpretaciones morfológicas o distintos criterios de lematización. De estos lemas encontramos 18 en el Revised Supplement (son los identificados por un asterisco). En honor a la verdad, hay que decir que algunos de ellos justamente los hemos recogido del propio Revised Supplement (del mismo modo que este suplemento ha recogido de nuestros volúmenes publicados numerosos lemas ausentes de LSJ, según se advierte en el prefacio), aunque la mayoría de las coincidencias son independientes[7]. He aquí estos lemas:

δαῖρος δακτυλιδιοφορέω δαμαστήριον (2)
δαίρω (12) δακτυλιοποιός δαμαστός
δαίσκω (2) δακτυλιοφόρος *δαμάστρια (3)
*δαίστωρ δακτυλίσιος δάμαστρον
δαιταλεύω δακτυλισμός (2) δαμασῶμα
δαιτεύς δακτυλογλύφος *δαμιοργίζω (2)
δαιτίκλυτος δακτυλοδεικτεί (3) δαμνάριος
*δαιτικλυτός δακτυλοδείκτης δαμνηπῶλος
*δαιτόποινος δακτυλοδειξία δαμοδόκος
δαίτρευμα *δακτυλοκλείδιν *δαμονομέω
δαιτρευτής δακτυλομετρέω *δαμοσιεργός
δακεκάρδιος δάκτυλον δάν (5)
*δακνᾶς (2) δακτυλοποιός *δάνα (2)
δακνίζω δαλέα δάναιον
δακρύζω (2) δάλεστον δανδαλίδαι
δακρυοκόκκος δαληκίνδα *δάνδηξ
δακρυολογία δαλίδιον δανειάζω (2)
δάκρυσις (3) δαλιοχεῖον δανείστρια
*δακρυσταγής (2) δαλματάκιον δανιεῖν
δακρυτικός *δαλματικομαφόριον (4) *δανιοκαρπία
*δακρυχοέω *δαμαισίβιος *δαπανητέον
δακτικῶς (3) δαμάρης δαπιθάκνη
δακτυλεύς δάμασμα δάπος
*δακτυλιδάριος δαμασμός (4) δαπτρεῖος (3)


4. Algunas nuevas acepciones.

Muy selectivamente, recogemos algunos casos en que, en la sección mencionada, el DGE añade nuevas acepciones a las ya conocidas. Solamente en los casos de δακτυλόδεικτος y δάκτυλος V encontramos los nuevos datos en el Revised Supplement.

δαΐς II meteoro luminoso.
δαιτυμονεύς 2 devorador
δαιτυμών 2 ref. anim. devorador.
δακνηρός 1 fuerte, amargo o que pica.
δάκνω I 3 medic. irritar.
δακρύδιον 2 jugo de la escamonea.
δάκρυον II bot. 4 δ. Ἥρας lágrima de Hera otro n. del περιστέριον pie de lobo, menta de lobo, Lycopus europaeus L.
δακρύω I intr. 2 c. valor ingresivo, en aor. echarse a llorar. III fig. 2 del pene eyacular.
δακτύλιος II 1 anilla, argolla.
δακτυλίς 3 bot. ἀριστολοχία δ. aristoloquia larga.
δακτυλιστής fabricante de anillos (interpr. más prob. que agrimensor, topógrafo en todos los testimonios)
δακτυλόδεικτος 2 dedo que señala e.e. dedo índice.
δάκτυλος III 1 detalles sobre los diferentes pies y ritmos dactílicos. IV 1-3 varias plantas. V ict. un molusco bivalvo bálano, escaramujo.
δάμαρ ... de la hembra de un pez.
δαμασώνιον I 3-5 n. de varias plantas.
δανειακός 1 ... prob. subst. ὁ δ. prestamista.
δανείζω 1 ... part. subst. ὁ δ. prestamista, acreedor. 2 ... part. subst. prestatario, deudor.
δαπάνη II 1 destrucción, corrupción. 2 medic. consunción.

Otras veces hay que recordar, simplemente, que la mayor amplitud de la documentación que aportamos ayuda a poner de relieve diversos matices sobre el sentido de las palabras y también variadas indicaciones sobre su empleo. A las cosas ya citadas, añadamos unas pocas más:

δακτύλιος: En el apartado principal I, referido a los usos propios, aparte de establecer más claramente la distinción entre lo que podríamos llamar los términos "marcado" y "no marcado", a saber, entre 1 gener. anillo o sortija incluyendo aro y piedra o sello y 2 anillo con sello, sortija con sello y p. ext. sello, damos abundante documentación sobre formas, materiales, empleos, etc. Es de destacar también que en este lema incluimos diversas citas que los editores de papiros e inscripciones insisten en lematizar bajo δακτύλιον y que lematizamos por separado dos citas papiráceas en que δακτύλιος es adjetivo.

δάκτυλος: En I 1 se puede encontrar variada documentación sobre los nombres de los dedos, afecciones, simbolismo y uso de los mismos.

δάνειον: Frente al escueto loan de LSJ, seguido de unas pocas citas, encontramos aquí numerosas citas que establecen la diferencia entre diversos tipos de préstamo, en dinero o en especie, y lo que es propiamente el contrato de préstamo y la deuda producto de un préstamo.

δαπάνημα: En el apartado principal, la presentación ordenada de abundantes citas, mayoritariamente de papiros e inscripciones, permite advertir en qué contextos debe traducirse por 1 gasto, gastos de dinero, y tb. c. valor aumentativo dispendio en buen o mal sent., o por 2 dinero, expensas, fondos gastados o destinados a cubrir algún gasto, frec. c. verbos de `entregar'.

En ocasiones, puede parecer que faltan acepciones de LSJ cuando sucede que en español no existen determinadas diferencias léxicas del inglés: así en δάκτυλος dedo (ingl. finger / toe), δάνεισμα, δανεισμός préstamo (ingl. lending / borrowing, una distinción que en todo caso los testimonios existentes no permiten establecer con claridad y que se revela a menudo inoperante al depender del punto de vista desde el que se aprecia una misma realidad).

5. Problemas de la lematización.

Ya hemos mencionado en la primera parte algunos ejemplos de divergencias en la lematización derivadas de diferentes interpretaciones lingúísticas. Insistamos en algunos casos generales basados en ejemplos extraidos de esta sección del DGE. Siempre que ello es fácil procuramos lematizar en nom. sg. o en pres. de indic. las palabras atestiguadas en lexicógrafos en diversos casos o formas verbales. Es el caso por ejemplo de δάκιον. Igualmente, procuramos no separar variantes dialectales de una misma palabra, como hace LSJ con las formas δαελός, δαβελός y δαυλός, todas ellas alolemas de δαλός en DGE. Del mismo modo, δάλτος pasa a ser alolema de δέλτος en lugar de tener un lema propio. En cambio, una forma de superlativo como δακρυώτατος nos parece que debe tener un lema propio en lugar de estar en δακρυτός. Conviene recordar también que los neutros en -ιν, frecuentes en papiros, no reflejan un hecho de grafía, sino un proceso fonético ampliamente atestiguado. En estos casos, no es oportuno regularizar. Esto es, pretendemos reflejar, no un estado ideal de lengua, de acuerdo con el griego clásico, sino un estado real, afectado por distintos procesos fonéticos. Es el caso de δακτυλοκλείδιν, lematizado -ιον en el Revised Supplement.

Por otra parte, es complejo y sujeto a dudas el caso de la existencia de varios verbos de una misma raíz, cuyas formas no pertenecientes al tema de presente pueden atribuirse teóricamente ya a uno ya a otro. En estos casos, nosotros adoptamos el criterio de atribuirlas al presente más antiguo. Por ejemplo, LSJ tiene los lemas δαίνυμι give a banquet or feast y δαίω (B) divide. Pero hay que advertir que este último verbo sólo existe en voz media; y que la indicación II `aor. ἔδαισα feast, from Hdt. downwards, though formed from δαίω belongs in sense to δαίνυμι, q.u.', es errónea. Ese aor. viene de δαίνυμι y allí lo incluímos tanto LSJ como nosotros: sobran todas esas advertencias. Añadamos el caso de δάμνημι, δαμάζω y δαμάω. Creemos que no es acertado el proceder de LSJ, que incluye en δαμάζω todo, salvo los temas de presente de los otros dos verbos, apenas traducidos por lo demás. El verbo antiguo es δάμνημι y a él pueden referirse todas las formas, salvo los temas de presente, secundarios, de los otros dos verbos: así hemos procedido.

III. Conclusión

En este tejer y destejer una eterna tela de Penélope que es toda la Lexicografía, y más la griega, la más antigua de todas y una de las más ricas y complejas, tenemos tantas deudas que es imposible enumerarlas. La que tenemos con LSJ y sus suplementos es, sin duda, la mayor de todas, aunque hayamos tenido que citarlos críticamente por ser nuestro más obvio punto de referencia. Igual nos sucederá a nosotros. Pocos son capaces de apreciar como nosotros el mérito ingente de una obra como el LSJ, a veces criticado con ligereza desde la perspectiva que proporcionan los progresos de la filología griega en el último medio siglo y sin tener en cuenta las dificultades que en su dia hubo de superar.

El hecho es que era necesario un nuevo Diccionario, de tamaño manejable, que tuviera en cuenta los nuevos materiales y revisara sistemáticamente los antiguos, a la luz de las nuevas ediciones, estudios y traducciones. Que tuviera en cuenta la nueva Semántica y los valiosos instrumentos que la informática pone hoy a nuestra disposición. Esto es lo que intentamos.

Hemos aprendido trabajando y hemos podido usar métodos y medios de trabajo cada vez más perfeccionados. Creemos que este volumen V supera en calidad a los anteriores. No nos engañamos, por lo demás, pues sabemos que contendrá imperfecciones y fallos escondidas entre sus decenas de miles de datos, organizados y revisados una y otra vez. Estamos dispuestos a recoger todas las observaciones que se nos hagan, como hemos atendido a las que se nos han hecho para los anteriores volúmenes.

Pero era conveniente, sin duda, exponer una vez más nuestras intenciones y nuestros métodos, porque no puede hacerse una crítica satisfactoria sin el conocimiento de las primeras y los segundos. Por lo demás, en este trabajo sólo en pequeña medida hemos podido exponer, casi siempre a modo de ejemplo, el contenido de nuestro V volumen: es un pequeño anticipo. Esperamos que algo aporte este volumen a la Lexicografía y a la Filología griega en general y esperamos los comentarios de los doctos.


Notas

[1]
Vol. I, α - ἀλλά (1980); Vol. II ἄλλᾳ - ἀποκοινώνητος (1986); Vol. III ἀποκοιτέω - Βασιλεύς (1991); Vol. IV βασιλευτός - δαίμων (1994). La obra es publicada en Madrid por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que la sufraga en unión de la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Educación y Cultura, con ayuda de otras instituciones. Damos las gracias a nuestra colaboradora Dolores Lara por haber revisado diversos datos de este trabajo.(vuelta al texto)
 
[2]
Para más detalles remitimos a algunas publicaciones que dan una idea general de la misma: Francisco R. Adrados, «La Lexicografía griega: su estado actual y el Diccionario Griego-Español», Revista Española de Lingüística 9, 1979, pp. 413-439; «The Greek-Spanish Dictionary and Lexicographic Science», Lexicographica 2, 1986, pp. 8-32; (útil sobre todo para la organización interna de los artículos); Juan Rodríguez Somolinos e Ignacio Alvarez, «Informática y Lexicografía: la experiencia del Diccionario Griego-Español», Emerita 59, 1991, pp. 81-99; Francisco R. Adrados y Juan Rodríguez Somolinos, «The Diccionario Griego-Español and Byzantine Lexicography», JÖB 42, 1992, pp. 1-11; Elvira Gangutia, «El volumen III del DGE: presentación y previsiones futuras», Actas del VIII Congreso de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (Septiembre 1991), vol. I, Madrid 1994, pp. 109-113; Francisco R. Adrados y Juan Rodríguez Somolinos, «The TLG data bank, the DGE and Greek Lexicography», Emerita 62, 1994, pp. 241-251; Juan Rodríguez Somolinos y José Antonio Berenguer, «Lexicographie grecque et Papyrologie: le Diccionario Griego-Español»(en prensa en las Actas del XXI Congreso internacional de Papirología). Al volumen III sobre todo, y dentro de él sobre todo a nuestro tratamiento de la informática y la Semántica, un trabajo en prensa en el Homenaje al prof. Zgusta, «More on the Greek-Spanish Dictionary» (F.R. Adrados). Puede consultarse, además, bibliografía citada en estos artículos, así como los prólogos a los diferentes volúmenes y un libro previo Introducción a la Lexicografía Griega, por F. R. Adrados, E. Gangutia, J. López Facal y C. Serrano Aybar, Madrid 1977.(vuelta al texto)
 
[3]
Francisco Aura Jorro, Diccionario Griego-Español, Anejos I-II. Diccionario Micénico. Madrid 1985-1993.(vuelta al texto)
 
[4]
Algunas obras importantes que reconocen su deuda con nuestro sistema de referencia son el monumental Lexicon of Greek Personal Names, dirigido por P.M. Fraser y E. Matthews (Oxford 1987-) y el propio Revised Supplement del LSJ, de nuestro colega P. Glare (Oxford 1996). En breve plazo habrá que sumar también la benemérita Année Philologique, según nos comunica su director, Pierre-Paul Corsetti.(vuelta al texto)
 
[5]
Francisco R. Adrados y Dolores Lara, «El vocabulario técnico en el Diccionario Griego-Español» (comunicación leída en el II Seminario Internazionale di Studi sui Lessici Tecnici Greci e Latini, Mesina, Diciembre de 1995). Se menciona aquí mucho vocabulario científico (palabras o acepciones, con interpretaciones nuevas) que se recoge por primera vez en un Diccionario general.(vuelta al texto)
 
[6]
A propósito de las preposiciones ἀνά, ἀμφί, ἀντί y ἀπό en el vol. II del DGE, véase F. R. Adrados, «Reflexiones sobre los sistemas de preposiciones del griego antiguo a partir del DGE», RSEL 16, 1986, pp. 71-82.(vuelta al texto)
 
[7]
Aprovechamos la ocasión para dar las gracias a P. Glare por haber puesto amablemente a nuestra disposición el original del Supplement correspondiente a nuestro volumen V. También hay que tener en cuenta que varios de estos lemas provienen del diccionario de Patrística de Lampe. Otros provienen del segundo volumen del Lexicon zur Byzantinischen Gräzität (Viena 1996) de E. Trapp, a quien agradecemos igualmente el pronto envío de su libro; y, logicamente, del Banco de Datos del TLG. Señalamos entre paréntesis el número de citas cuando suman más de una.(vuelta al texto)

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