H. Rodríguez Somolinos
Τῆς φιλίης τάδε δῶρα. Miscelánea léxica en memoria de Conchita Serrano (en prensa).



El DGE y la epigrafía griega: el problema de las palabras fantasma (ejemplificación y tipología)


Las inscripciones griegas son, junto con los papiros, los documentos que en mayor medida renuevan nuestro conocimiento de la lengua griega. Para el lexicógrafo en concreto, los documentos epigráficos proporcionan un material léxico de gran importancia por su riqueza y diversidad. El trabajo cotidiano en el Diccionario Griego-Español (DGE) es un buen medio para comprobarlo, pues cada día aparecen novedades de interés pertenecientes a todos los campos léxicos y a todos los niveles de lengua. Entre otras cosas, disponemos de multitud de términos documentados exclusivamente en inscripciones, la mayor parte de ellos hapax. Para hacernos una idea, en la sección de vocabulario correspondiente al volumen V del DGE (Madrid 1997), que abarca desde δαίνυμι hasta διώνυχος, de unos 7.040 lemas en total 250 palabras están documentadas sólo en inscripciones, de las cuales muchas más de la mitad, 173, son hapax epigráficos. En el volumen IV (Madrid 1994), de βασιλευτός a δαίμων, la proporción era similar: de 215 palabras de documentación exclusivamente epigráfica, 136 eran hapax.

Dentro del trabajo lexicográfico, las inscripciones presentan características y problemas específicos, compartidos en amplia medida con los papiros, pero ajenos a los textos literarios. Buena conocedora de ello era nuestra querida Conchita, que dedicó a las inscripciones gran parte de su tiempo durante sus largos años en el Diccionario Griego-Español. Valga de homenaje a su memoria este trabajo, que quiere reflejar parte de una labor que se cuenta entre las más ingratas a que debe enfrentarse el lexicógrafo. De un lado, incluso para el redactor más competente resulta fácil caer en errores u omisiones; de otro, la redacción final de un diccionario no refleja sino mínimamente la amplia labor previa de investigación que exige buena parte de las citas epigráficas.

Centrándonos en los términos excepcionales procedentes de inscripciones, el principal problema que plantean es el cambio de ediciones, que a menudo supone un cambio de lectura e interpretación. Normalmente una misma inscripción es editada, a lo largo del tiempo, en diversos corpora epigráficos y publicaciones aisladas. Por ello hay que elegir la mejor edición, generalmente la última basada en una revisión directa del original, y comprobar que el texto no ha variado. De otro lado, la editio princeps de una inscripción o la aparición de un corpus suele dar pie a correcciones o comentarios en revistas y publicaciones aisladas. El Bulletin Épigraphique y el Supplementum Epigraphicum Graecum se hacen eco tradicionalmente de estas mejoras de lectura e interpretación.

Al enfrentarse a un término excepcional, el lexicógrafo debe desconfiar sistemáticamente tanto de la forma como del significado y consultar cuidadosamente la bibliografía tratando de encontrar todo tipo de apoyos para su admisión en un diccionario, en especial si el pasaje es de lectura dudosa. En caso contrario, corre el riesgo de perpetuar o incluir palabras «fantasma», neologismos modernos que nunca existieron, cuando ya han sido corregidos en una publicación distinta de la que se ha manejado[1].

En epigrafía las «ghost-words» proceden en su inmensa mayoría de errores de lectura o conjeturas osadas de los editores modernos, pero en muchos casos su presencia en los diccionarios es responsabilidad del lexicógrafo. Como veremos, no siempre son fáciles de detectar, especialmente cuando el error está en una buena edición y la corrección en una publicación aislada posterior. Por otro lado, algunos están perfectamente formados y ofrecen un significado claro y adecuado al contexto[2]. En este punto la diferencia con la papirología es notable, pues los papirólogos disponen de una serie de trabajos que, ya con cierta tradición, vienen señalando desde hace años las «ghost-words».[3] Y en general para la extracción de léxico papirológico, para su estudio y para el manejo de ediciones y bibliografía existen desde principios del siglo XX una serie de instrumentos mucho más perfectos. También hay que decir que los fantasmas son mucho más frecuentes en papiros que en inscripciones.

El
DGE presta una atención muy especial al léxico de inscripciones y papiros precisamente porque sabe que ha sido el material peor recogido en los diccionarios anteriores.[4] Con respecto a la misma sección del diccionario más amplio anterior, el de Liddell-Scott-Jones (LSJ) más sus suplementos[5], el volumen V del DGE ha eliminado diecisiete fantasmas epigráficos: δαπανόω, δεκαετηρία, δημοσῶστις, δημώλης, Δηναιών, διάδωμα, διαιτία, διαίτωμα, δίακτος, διαπαρίστημι, διατοίχιον, διαχειρέω, δικαιόφρην, δικέω, διμηνία, διουργέω, δισπερίοδος. De estos diecisiete, el Supplement de 1968 (Suppl.1968) eliminó únicamente tres (δίακτος, διουργέω, δισπερίοδος), a los que el Revised Supplement (RSuppl.1996) de Peter Glare añade un cuarto (διμηνία). En cambio, Glare mantiene, tomándolos del anterior suplemento, otros cuatro fantasmas (δεκαετηρία, διαιτία, διατοίχιον, δικαιόφρην). Es justo reconocer que las carencias y errores del material epigráfico en el LSJ y sus suplementos, señalados a menudo en la bibliografía, no se pueden achacar sin más a sus redactores; son también resultado de las dificultades inherentes a estos textos[6], y ningún diccionario está libre de ellos, por supuesto tampoco el DGE. Sin embargo, por ser el LSJ el diccionario completo mejor de que disponemos, es punto de referencia obligado en la ejemplificación del trabajo sobre léxico epigráfico.

Estos
diecisiete fantasmas eliminados del DGE V nos pueden servir de punto de partida para ejemplificar la complejidad que entraña el trabajo lexicográfico sobre inscripciones. Pero sobre todo nos sirven para intentar un ensayo de tipología de los fantasmas epigráficos, cosa que, hasta donde yo sé, no se ha intentado. Con estos y otros materiales extraidos de los volúmenes anteriores del DGE, así como de otros lugares, intentaremos ver las diversas causas que dan lugar a «ghost-words» procedentes de inscripciones[7].

1.
Lo más frecuente es que procedan simplemente de malas lecturas, que en un momento dado se corrigen. En ocho de los diecisiete casos nos encontramos con este tipo de error, al que contribuye a menudo la falta de contexto.[8] Algunos ejemplos son:

δεκαετηρία. LSJ recoge este lema como título de una obra órfica según Suda, tal como aparece en la edición de Bernhardy (Halle 1853). El texto de Adler (Leipzig 1928-38), que pudo haber sido utilizado para la novena edición del diccionario inglés, ya había corregido la palabra en la forma regular δεκαετηρίς. Suppl.1968 incluye la edición del Adler en su lista de autores, pero no sólo no señala la falsa lectio sino que le añade otra cita epigráfica, CIG 8610 (IV d.C.) Sin embargo, la lectura de CIG 8610.6 había sido corregida, mucho antes de 1968, en OGI 722, IGChEg.64 y Sammelb.8699[9]. Lamentablemente, RSuppl.1996 mantiene las cosas exactamente igual que su predecesor.

διάδωμα. Término explicado en LSJ como «prob. = διάζωμα IGRom.4.914 (fort. διάδομα)». Los redactores de este diccionario repiten la explicación que ofrece del término el editor de IGR, pero parece no convencerles, por lo que proponen al mismo tiempo la identificación con διάδομα. Efectivamente διάδωμα, entendida como grafía o variante de διάζωμα, es falsa lectio por διάδομα en IGR debida a una mala comprensión del contexto. Διάδομα reparto, distribución, término exclusivo de papiros e inscripciones, fue leído perfectamente en la piedra por E. Petersen y F. von Luschan en 1889, si bien A. Wilhelm fue quien entendió bien el término en su contexto[10]. Los suplementos de LSJ callan sobre la existencia del fantasma, pero además RSuppl.1996 añade, en el último de ellos s.u. διάδομα, la referencia a SEG 32.1306.7. No ha advertido que se trata de la misma inscripción de Cibira que ya estaba recogida s.u. διάδωμα[11].

δίακτος. La
peculiaridad del fantasma δίακτος «carried through pipes, of oils or unguents used at the bath» consiste en que su artículo en LSJ agrupaba tres citas de inscripciones de Asia Menor[12]. Progresivamente las tres lecturas fueron siendo corregidas en δρακτός, término abundantemente documentado en inscripciones, que substantivado denomina un recipiente para ungüentos[13]. RSuppl1996 también elimina el artículo δίακτος.

δικαιόφρην. Suppl.1968 incluía un artículo «*δικαιόφρων, ονος, ὁ, ἡ, of righteous mind, Epigr. in AEM 19.109 (Callatis, -φρην lap.)» Frente a su predecesor, RSuppl.1996 rechaza la corrección, prefiriendo la lectura de la piedra y redactando un singular artículo en que para explicar un hapax acude a un término que -en su documentación- no existe: «*δικαιόφρην, ενος, = *δικαιόφρων, righteous-minded, epigr. in AEM 19.109 (Callatis)». Sin embargo, RSuppl.1996 ignora que la inscripción había sido reeditada por T. Sauciuc-Saveanu, Dacia 1, 1924, p.147 n.8, y por W. Peek, StudClas. 6, 1964, p.128 n.19. Esta última edición viene recogida en SEG 25.754, del año 1971, donde se lee correctamente Δικαιόφρων como nombre propio[14]. De nuevo vemos cómo resulta arriesgado limitarse a repetir citas epigráficas antiguas sin comprobar la existencia de posteriores reediciones[15].

2. Dentro de los fantasmas por errores de lectura algunos proceden de un falso corte de la scriptio continua de la piedra:

διουργέω. Tanto
DGE como RSuppl.1996 eliminan el artículo de LSJ διουργέω, cultivate (metaph.), Klio 18.302 (Delph.)» En Klio, Pomtow leía σ]πορᾶι διουργῶν, pero los redactores de la novena edición de LSJ debieron haber conocido la corrección de Wilhelm en Wien.Anz. 61(1), 1924, 107s., ya incorporada en SEG 2.292, que reconoció un falso corte de ]πὸ ῥαιδιουργῶν[16].

διαίτωμα. Otro fantasma de este tipo desenmascarado hace tiempo es διαίτωμα, en LSJ «= δίαιτα III BCH 25.350 (Delph., ii B.C.)» Se trata de un falso corte de διαιτῷ, dativo de un substantivo διαιτός que es equivalente dialectal de διαιτητής. La corrección aparece en la edición de FD 4.355.11, del año 1976. Διαιτός no figuraba en LSJ; lo introdujo Suppl.1968 haciendo referencia a otras dos inscripciones, de Delfos y Dodona respectivamente, puesto que obviamente no pudo manejar la publicación del volumen 4 de las Fouilles de Delphes. Sin embargo, RSuppl.1996 sigue sin indicar la necesidad de suprimir διαίτωμα, y ofrece las mismas dos referencias en el artículo διαιτός, por lo que hay que concluir que tampoco ha manejado esta publicación.

κάταρχος. Lo que se leía οἱ δὲ κάταρχοι en una inscripción de época imperial de Colofón, obteniendo una forma κάταρχος muy difícil de explicar[17], era simplemente οἱ δεκάταρχοι. El error, ya advertido por Hiller von Gaertringen en 1930[18], fue a pesar de ello recogido en los Addenda et corrigenda a LSJ que aparecían en la edición de 1940 de este diccionario[19]. Pero lo realmente sorprendente es que el fantasma, tras haber sido justamente eliminado en Suppl.1968, ha vuelto a resucitar en RSuppl.1996, sesenta y seis años después de haber sido detectado. Por si ello fuera poco, este suplemento ignora que se trata de la misma inscripción que cita, en el artículo δεκάταρχος, por SEG 4.594.

En determinados casos es inevitable arriesgarse asumiendo la posibilidad de estar admitiendo un fantasma por falso corte, cuando resulta imposible decidir si nos encontramos ante una palabra simple o compuesta. En el volumen V del DGE este problema se planteó sobre todo con una serie de compuestos en δίς. En ningún caso se puede tener total seguridad sobre si ha de leerse el adverbio junto o separado. Los suplementos a LSJ eliminan δισπερίοδος (IG 22.3169.8 = IAgon.90), y el DGE está de acuerdo, pero en otros casos hay divergencia. Así, RSuppl.1996 admite δισάρχων y δισποντάρχης, que DGE rechaza[20], y ambos diccionarios coinciden en recoger δισευποσιάρχης, δισφύλαρχος y δισφυλαρχία. El ordinal δισδέκατος, admitido en DGE, está ausente del diccionario inglés. Realmente todos los casos son discutibles, a excepción quizá de δισάρχων. Este problema es común a los compuestos con τρίς.

3. El falso corte puede ir unido a una mala lectura:

γνωσιδίκα. Lo
que se leía γνοσιδίκα κριθέε en una inscripción de Mantinea del siglo V a.C.[21], es en realidad γνοσίαι κακριθῆε[22]. El supuesto hapax γνωσιδίκα «judicial decision» (LSJ), leído y aceptado por insignes epigrafistas y dialectólogos como Hiller, Meister, Latte, Bechtel, Schwyzer y Fraenkel, es un fantasma. Γνωσία «prob. resolución o veredicto» (DGE), se revela como nuevo hapax. Se trata de una refección sobre el abstracto γνῶσις, procedimiento frecuente en arcadio, cf. τιμασία por τίμασις[23].

δισκυρέω. También
resulta interesante el ejemplo de este fantasma, que afortunadamente nunca llegó a los diccionarios. Este verbo se leía en la línea 10 de una inscripción de Macedonia recogida en SEG 32.637: τούτων οὐ δισκυροῦσι. En realidad, esta lectura refleja un falso corte motivado por no haber advertido una grafía -ι- por -ει-. La nueva revisión de Rizakis-Turatsoglu en IMaced.116 permite leer τούτων οὐδὶς κυρ[ιε]ύσι[24].

ὀφιηβοσίη. En
1887 S.K. Pantelidis editó dos epigramas funerarios de Cos en honor del auletés Aristón, hijo de otro auletés del mismo nombre. En el primer verso del segundo epigrama ofrecía la lectura Ἀνφοτέρη σοφίη βοσίας αὐλοῖσιν Ἀρίστων. El corpus local de Paton recogió el texto corrigiendo dicho verso en Ἀνφοτέρης ὀφιηβοσίης αὐλοῖσιν Ἀρίστων[25]. El compuesto ὀφιηβοσίη pasó de aquí a LSJ, acompañado de la explicación «food of serpents, of the Pythian laurel and the Nemean celery» basada en el comentario de Paton. La lectura se mantiene en la edición de M. Segre[26], lo que ha dado pie a J. Bousquet y S. Follet para corregirla en Ἀνφοτέρης <σ>οφίη(ς) ὁσίης «par la double démonstration de son pieux talent»[27]. Como vemos, a la lectura errónea de β por σ se suma el no haber advertido una doble sigma simplificada, prodecidimiento no infrecuente en inscripciones. A su vez todo ello ha provocado un doble falso corte, cuyo resultado es un compuesto extraño que, como bien dicen Bousquet-Follet, no dejó por ello de ser admitido por todos los que publicaron o citaron la inscripción.

4. Un caso especial de falso corte se presenta cuando existe una laguna en la piedra, especialmente a final de línea, y se interpreta lo siguiente como comienzo de una palabra:

δικέω. Este
fantasma fue recogido con justas precauciones por LSJ: «mulct prob. an error in IG 22.1092B17 (Pass.)» La forma δικηθήσεται figuraba a principio de línea, tras una laguna al final de la línea anterior, donde Kirchner situó una coma. La posterior edición de J.H. Oliver reconstruye, creemos que con toda verosimilitud, el compuesto [ἐκ] / δικηθήσεται[28].

5.
La lectura puede ser correcta, pero presentar una grafía que impide reconocer la verdadera naturaleza del término, se considera que es nuevo y, si es preciso, se le intenta buscar un significado[29]:

ἠρώνα. Se
trata de un ejemplo conocido. LSJ incluía un hapax ἠρώνα procedente de una inscripción de Lesbos, definiéndolo como «perh. service, office»[30]. La existencia de otro hapax ἱερωνία en un papiro, también acompañado de la indicación «dub. sens.», podía haber orientado a los redactores de LSJ para interpretar el término de Lesbos[31]. Pero fue la aparición del substantivo ἱερώνας, con el significado inequívoco de el que compra las víctimas del sacrificio, en dos inscripciones de Rodas y Creta, lo que permitió identificar ἱερωνία como el abstracto correspondiente, y permitió ver a su vez que ἠρώνα no representa más que una grafía por ἱερώνα, a su vez variante dialectal de ἱερωνία[32].

Las
grafías itacistas y etacistas han dado lugar a no pocos fantasmas, muchos de ellos por confusión entre verbos en -ίζω y en -έω[33]:

διαχειρέω. LSJ explicaban este verbo como «= -ίζω, χρήματα IG 2.574e24». Si uno acude a comprobar la cita, encontrará que IG 2 edita la forma corregida διαχειρ()σας, comentando en el aparato crítico que la piedra presenta ΔΙΑΧΕΙΡΗΣΑΣ, aquí considerado una grafía. Frente a esta opinión, LSJ decidieron que se trataba de un nuevo verbo διαχειρέω, aunque obviamente tenían que citar la inscripción por IG 2. Sin embargo, la edición de Kirchner en la editio minor, IG 22.1191, precisa en el aparato crítico que en la piedra se lee perfectamente ΔΙΑΧΕΙΡΙΣΑΣ: «Octava littera igitur non H est». Como en otras ocasiones, los suplementos a LSJ no han advertido el error.

6. El fantasma puede proceder de la incorrecta restitución de una laguna por parte de un editor:

διμηνία. A este respecto se puede citar el caso de διμηνία, en LSJ «period of two months, prob. in SIG 344.107 (Teos)». La conjetura ἐν ἄλλῃ διμ[ηνίαι] procedía de la edición de LW 86. Desde Welles, RC 3, de 1934, es decir, antes de la novena edición de LSJ (1940) se restituye correctamente ἐν ἄλλῃ διμ[ήνωι], siendo ἡ δίμηνος, substantivación del adjetivo de dos terminaciones δίμηνος, -ον, la forma regular, abundantemente atestiguada[34]. Tanto DGE V como RSuppl.1996 suprimen el fantasma διμηνία.

7. Puede suceder que haya un error del lapicida y que el editor, sin reparar en él, intente interpretar lo que está escrito dando lugar a un término ficticio.

διαπαρίστημι. En
este caso un tanto especial se encuentra διαπαρίστημι, «set up statue of τινά JHS 10.71 (Lydae)»[35]. Efectivamente la piedra reza διαπαρέστ[ησ]εν, pero el editor de las inscripciones de Licia en los Tituli Asiae Minoris, E. Kalinka, reconoce en este pasaje una fórmula que recurre en otras dedicatorias de la zona. Concluyendo que el lapicida se saltó involuntariamente parte del texto, edita διὰ Παρ(......ἀν)έστ[ησ]εν[36].

8.
En ocasiones el fantasma procede de un erróneo análisis morfológico, peligro del que no están libres ni los más expertos lingüistas[37].

γεγωνάομαι. En
una inscripción laconia, IG 5(1).1111.12, de Gerontras, aparece un participio γεγωναμένα (en dat. -οις), que Schwyzer en el índice de palabras de su repertorio dialectal interpreta -con interrogación- como part. perf. pas. del verbo γίγνομαι[38]. Por su parte LSJ lo había interpretado como participio de un presente γεγωνάομαι, supuesto equivalente dialectal, en voz media, de γεγωνέω, y como tal figura dentro del artículo γεγωνέω. En realidad, γεγωναμένα no es sino el participio regular en voz pasiva, no documentado antes, correspondiente al perfecto γέγωνα, que se utiliza en sentido de presente, y que fue el que a su vez dió lugar a la formación de un nuevo presente γεγωνέω.

δαπανόω. El
problema está planteado por el participio δαπανούμενα de IG 5(1).1390.55 (Andania I a.C.) La forma δαπανούμενα puede pertenecer tanto a δαπανόω como a δαπανέω, y en cualquiera de los dos casos se trataría de un hapax. Frente a LSJ, que optó por δαπανόω, el DGE se ha inclinado por δαπανέω, ya que hay muchos compuestos y derivados en δαπανη- (aunque proceda de α-), mientras que no hay ningún resto de un tema δαπανο-/δαπανω-[39].

9.
Las abreviaturas, que tantas dificultades han creado y siguen creando a los papirólogos, rara vez plantean problemas en epigrafía, pues hasta época imperial son raras, casi exclusivas de términos metrológicos, y después, sin ser tampoco muchas, suelen repetirse y en general son fácilmente reconocibles[40]. Con todo, hay algún caso en que la interpretación errónea de una abreviatura ha dado lugar a una palabra fantasma:

ἡδυλεία. En
un inventario delio figuraba, entre otros muchos tipos de vasos, una κύλιξ ἡδυλεία, supuestamente llamada así por algún Ἥδυλος. Aparte de los problemas para identificar a este personaje, había obstáculos lingüísticos que hacían que la forma ἡδυλεία resultase sospechosa. F. Aron y J. Tréheux vieron, por comparación con otros pasajes de inventarios delios, que tras ἡδυ se escondía la abreviatura de ἡδυπότις, y restauraron el texto como κύλιξ ἡδυ(πότις) λεία, es decir, una copa en la cual es placentero beber, sin decoración[41].

10. Finalmente pueden darse casos excepcionales, en los que la responsabilidad del editor es mucho más discutible.

δημώλης. El término, explicado como «having lost membership of a δῆμος», se lee, escrito δεμόλεε?[ς], en un fragmento de vaso ático (IG 12.913). El DGE V la ha eliminado porque esta inscripción figura entre las fictilia en las concordancias de IG 13.

Como hemos podido comprobar, los procesos por los que se producen «ghost-words» en ediciones epigráficas son muy diversos, pero el proceso por el que estos neologismos ficticios llegan a los diccionarios es siempre el mismo: el desconocimiento de que el error ha sido ya subsanado en una publicación distinta de la manejada. Ello puede dar lugar incluso a que aparezcan las dos formas en un diccionario, la correcta y la incorrecta, citadas cada una de ellas por una publicación diferente. Entre los ejemplos vistos se encuentran en esta situación δεκάταρχος / κάταρχος, διάδομα / διάδωμα, διαιτός / διαίτωμα, aunque hay otros[42]. Y en casos extremos el desconocimiento de las publicaciones lleva a tremendos despropósitos, como el señalado por Robert a propósito de ἀγαλματικός.[43] Se trata de una glosa de Hesiquio restaurada en una inscripción de Afrodisias e incluida en Suppl.1968[44]. Sorprendentemente la palabra había sido corregida como φυραματικός en 1926[45], forma y referencia que aparecían ya en el propio LSJ. Así pues el suplemento, que ignoraba que ya había recogido la forma correcta, acudió a una edición anterior para añadir la incorrecta. RSuppl.1996 ha solucionado el error.

Similar peligro entraña el conocer las ediciones modernas pero limitarse a cambiar rutinariamente la cita sin comprobar el texto. Un ejemplo de esto es διαιτία, que recogió Suppl.1968 como «= διαίτησις SEG 21.507fB.8 (Athens, Letter of Hadrian)». RSuppl.1996 mantiene este hapax citándolo por una edición más moderna, SEG 30.86.B.36, lo que en principio ofrece ciertas garantías a pesar de que ya a a primera vista la forma resulta sospechosa, y hace pensar en una mala lectura por δίαιτα o en una grafía de διετία. Pero si uno acude al SEG 30, que recoge la edición de D.J. Geagan en TAPhA 103, 1972, p.133ss., comprueba que el nuevo suplemento ha cambiado la cita mecánicamente, sin advertir que en esta nueva edición ya no se lee διαιτί[ας] sino διαιτῆ[ς].

Todos los problemas que hemos intentado exponer de nuevas lecturas, de grafías, de significado, etc., afectan por supuesto a todo tipo de términos procedentes de inscripciones, no sólo a los fantasmas, aunque a través de ellos sea fácil ejemplificarlos. La conclusión final, de nuevo, lleva a insistir en la necesidad de seguir, para cada cita, los mecanismos necesarios para evitar perpetuar o introducir errores en los diccionarios. Los instrumentos de que dispone el lexicógrafo para ello son complicados y lamentablemente no perfectos. Pero es su obligación intentar mejorar la situación en que se halla en los diccionarios un material tradicionalmente poco accesible, y en consecuencia no siempre apreciado en sus aportaciones a la lexicografía y a otros muchos campos


Notas

[1]
Por supuesto, no deja de haber términos dudosos, cuyo carácter fantasmal entra dentro de lo posible, y que hacen difícil adoptar una decisión. En situaciones así lo prudente es recogerlas acompañadas de advertencias o referencias a otras posibles alternativas, cf. DGE V s.uu. δεκατωνέω, δηλομήρ, διαγειτονία, διεργάτινος, Διοσεραπιασταί y διποδιαῖος. (vuelta al texto)
 
[2]
Llamadas «ghost-words» desde W.W. Skeat, TAPhA 2, 1885-87, p.350s. El más reciente y lamentable ejemplo de esto es el Vocabolario della Lingua Greca de F. Montanari (Turín 1995), que sistemáticamente toma viejas citas epigráficas de LSJ sin comprobarlas, por lo que revive numerosos fantasmas hace tiempo desenmascarados. (vuelta al texto)
 
[3]
Cf. J. Rodríguez Somolinos, «La lexicografía griega en los últimos años», EClás. 100, 1991, p.83ss., especialmente 110-112, así como V. H. Cadell, «Papyrologie et information lexicographique», en Scritti in Onore di O. Montevecchi (Bolonia 1981), p.73ss., y en especial la bibliografía citada en p.75s. Con posterioridad a este trabajo se pueden citar H. Harrauer - P.J. Sijpesteijn, «Lexikographische Delenda, Corrigenda et Addenda», WS 17, 1983, p.69ss., G.M. Browne, «The Pursuit of Papyrological Fleas», JJP 20, 1990, p.31ss. Sobre los fantasmas papirológicos del DGE IV cf. J. Rodríguez Somolinos - J.A. Berenguer, «Lexicographie grecque et Papyrologie: le Diccionario Griego-Español», en B. Kramer, W. Luppe, H. Maehler y G. Poethke (eds.), Akten des 21. Internationalen Papyrologenkongresses (Berlin, 14-19 August, 1995) (Archiv für Papyrusforschung, Beiheit 3), Stuttgart-Leipzig, Teubner, 1997, vol. II, p.861ss. (vuelta al texto)
 
[4]
Entre otras ayudas, ha creado una base de datos informatizada de concordancias entre ediciones, que en el momento actual alcanza aproximadamente las 130.000 equivalencias, aunque su número se ve constantemente incrementado. (vuelta al texto)
 
[5]
H.G. Liddell, R. Scott, H.S. Jones, R. MacKenzie: A Greek-English Lexicon. Oxford 1940 (9a ed.) El Supplement de E.A. Barber apareció en 1968. La última reimpresión de este diccionario, de 1996, incluye ya el Revised Supplement de P.G.W. Glare y A.A. Thompson, también publicado el mismo año de forma independiente (Oxford 1996). (vuelta al texto)
 
[6]
Cf. las reflexiones que hacía sobre el tema del encargado de la última edición, H.S. Jones, en «The making of a lexicon», CR 55, 1941, p.1ss., especialmente 4ss. Recientemente J. Chadwick, «The case for replacing Liddell and Scott», BICS 39, 1994, p.1ss., ha vuelto sobre el tema. (vuelta al texto)
 
[7]
Citamos inscripciones, revistas y autores según las listas del DGE, a no ser que reproduzcamos literalmente las citas de LSJ. (vuelta al texto)
 
[8]
No siempre los diccionarios llegan a tiempo de solucionar este tipo de problemas. Por ejemplo, lo que DGE II recoge como ἀναδυτήριον «nicho, capillita para una estatua Annuario 6/7.553 (Asia Menor)», debe pasar desde 1991 a ser ἀναυλιτήριον, nuevo hapax que designa un espacio delimitado para el culto dentro de una cueva; cf. Epigr.Anat. 17, 1991, p.131. (vuelta al texto)
 
[9]
Lo confirma también Sammelb.10697 = SEG 24.1194. (vuelta al texto)
 
[10]
E. Petersen - F. von Luschan, Reisen in Lykien, Milyas und Kibyratis II, Viena 1889; A. Wilhelm, Glotta 14, 1925, p.70s., 74s.; cf. L. Robert, Hellenica 11/12, París 1960, p.472ss., a propósito de otra inscripción (Didyma 360.7) donde A. Rehm había corregido la misma palabra, claramente legible en la piedra, en διανομή. (vuelta al texto)
 
[11]
SEG 32 recoge la última revisión completa de esta inscripción, a cargo de J. Nollé en ZPE 48, 1982, p.267ss. (vuelta al texto)
 
[12]
CIG 2820, de Afrodisias, 3871b, de Sebaste, e IGR 4.860, de Laodicea junto al Lico. (vuelta al texto)
 
[13]
La primera corrección fue de Ramsay, Cities and Bishoprics 473, para la inscripción de Sebaste; cf. también SEG 6.185, que recoge a W.H. Buckler, JRS 18, 1928, p.90s. no.223. La de Laodicea fue corregida de forma paralela por A.M. Woodward, ABSA 27, 1925/26, p.232 n.2 y L. Robert, REG 42, 1929 p.428 n.2. Posteriores ediciones en Laodicée p.265.15 e ILaod.Lyk.82. La de Afrodisias está reeditada en MAMA 8.492b.10. (vuelta al texto)
 
[14]
Δικαιόφρων como adjetivo se documenta en Cat.Cod.Astr.9(1).182.27, testimonio que podría haber ayudado, de conocerlo, a inclinarse por la lectura -φρων. (vuelta al texto)
 
[15]
Los demás fantasmas por mala lectura suprimidos del DGE V son: Δηναιών como nombre de mes en Eritras (SIG 1014.24), corregido en IEryth.201c.45 como Ληναιών; δημοσῶστις en Prusias (Bayr.Sitz. 1863, p.220, reeditada en Ath.Mitt. 12, 1887, 176), corregido en δ[η]μοσωστι[κ][ν] en LW 1175, del año 1870 (cf. últimamente IPrusias 30.3); διατοίχιον en Mileto (MAU 1(7) p.56), corregido en διάτοιχος desde la edición de Didyma 25A.21, B.19. Este último término fue añadido por Suppl.1968. Sobre διαιτία v. más abajo. (vuelta al texto)
 
[16]
Posteriores ediciones en FD 1.457 y A. Bielman, Retour à la liberté. Libération et sauvetage des prisonniers en Grèce ancienne. Recueil d' inscriptions honorant des sauveteurs et analyse critique, París 1994, p.177ss. n.50. (vuelta al texto)
 
[17]
BCH 47, 1923, p.382. (vuelta al texto)
 
[18]
SEG 4.595.17, cf. L. Robert, RPh. 60, 1934, p.275 (= OMS 2, p.1174). (vuelta al texto)
 
[19]
Cf. Bull.Épigr.1944.31, y la serie de correcciones a LSJ de M.N. Tod, «Lexicographical notes», Hermathena 59, 1942, pp.67-93 y 60, 1942, pp.16-37. (vuelta al texto)
 
[20]
Contra la opinión de los Robert, Bull.Épigr.1959.259; cf. DGE V s.u. δίς I 1. (vuelta al texto)
 
[21]
IG 5(2).262.15 = Schwyzer 661.15, que recoge la lectura con reparos. (vuelta al texto)
 
[22]
SMSR 13, 1937, p.58. (vuelta al texto)
 
[23]
La historia del problema se puede ver en L. Dubois, Recherches sur le dialecte arcadien, Lovaina 1988, p.100s. En RSuppl.1996 está solucionado. (vuelta al texto)
 
[24]
Ignorando que el problema estaba resuelto en esta edición, John Chadwick, Lexicographica Graeca, Oxford 1996, p.95, reparó de forma independiente en el falso corte, pero al basarse exclusivamente en SEG 32 obtuvo la lectura οὐδὶς κυροῦσι, lo que le proporcionaba serios problemas para interpertar la forma verbal dentro del contexto. (vuelta al texto)
 
[25]
S.K. Pantelidis, BCH 11, 1887, 75s. no.5; IC 58.5. (vuelta al texto)
 
[26]
ICos EV 234. El corpus fue publicado en 1994, aunque se trata de una edición preparada hace varias décadas por su autor, fallecido tiempo atrás. (vuelta al texto)
 
[27]
Bull.Épigr.1994.48. (vuelta al texto)
 
[28]
Hesperia 21, 1952, 381-399, recogido en SEG 12.95.35s. (vuelta al texto)
 
[29]
Los errores debidos a la mala interpretación de grafías han dado lugar a no pocos fantasmas en los índices del SEG: βρείθω por βρίθω, βοσχέω por βόσκω, κατευτελέω por κατευτελίζω, etc. (vuelta al texto)
 
[30]
IG 12(2).242.10 (Mitilene II d.C.) (vuelta al texto)
 
[31]
PTeb.119.32 (II a.C.) (vuelta al texto)
 
[32]
L. Robert, Le sanctuaire de Sinuri près de Mylasa I, París 1945, p.70; cf. M. Bile - R. Hodot, «Dialectes et lexique», Verbum 10, 1987, p.239ss. (vuelta al texto)
 
[33]
Cf. sobre el problema J. Rodríguez Somolinos, Emerita 56, 1988, p.237. (vuelta al texto)
 
[34]
A los compuestos en -μηνος y -ημερος con primer elemento numeral, que han causado numerosos problemas especialmente en los papiros, dedica W. Clarysse parte de su interesante artículo «Abbreviations and lexicography», AC 21, 1990, 33ss. (vuelta al texto)
 
[35]
Texto recogido también en IGR 3.535. (vuelta al texto)
 
[36]
TAM 2.135.1d (Lidas, imper.) (vuelta al texto)
 
[37]
El incorrecto análisis morfológico es el causante de numerosos hapax en los índices del SEG, que tras una breve investigación se revelan fantasmales. En un leve repaso de los índices de tres o cuatro de los últimos volúmenes he encontrado los siguientes 1) por entender mal la flexión verbal: συναντάκω por συναντάω, a partir del perf., βλάστω por βλαστάνω, a partir del part. aor. βλαστόντες, ἱερειάω por ἱερειάζω, que a su vez es variante de ἱεράζω, ἱαραρχέω por dialect. ἱαραρχίω, κλαρογράφω por κλαρογραφέω, στηλλογράφω por στηλλογραφέω; 2) por entender mal la flexión nominal: φιλόκτιστος por φιλοκτίστης, ἰχθυβότης por ἰχθύβοτος, κιθαρῴδης por κιθαρῳδός, ξύσταρχος por ξυστάρχης, κυμβία como fem. sing., siendo neutr. plu. de κύμβιον. El equipo directivo del SEG debería prestar mayor atención a la confección de los índices. (vuelta al texto)
 
[38]
Schwyzer 48.12. (vuelta al texto)
 
[39]
Lo mismo opina Schwyzer (74.55) como demuestra su lematización en el índice de palabras. La famosa inscripción de los misterios de Andania está también editada en SIG 736.55 y Sokolowski 3.65.55. (vuelta al texto)
 
[40]
Cf. W. Clarysse, ar. cit. Para los papiros v. H. Cadell, art. cit., p.74 y la bibliografía citada en n. 4. Para las abreviaturas de inscripciones v. A.N. Oikonomides, Abbreviations in Greek Inscriptions, Papyri, Manuscripts and early Printed Books, Chicago 1974. (vuelta al texto)
 
[41]
F. Aron - J. Tréheux, RPh.64, 1990, 43ss., cf. SEG 38.769. RSuppl.1996 no elimina el lema Ἡδύλειος de LSJ, sólo añade esta explicación como segunda alternativa. Estrictamente hablando Ἡδυλεία no sería hapax, puesto que se documenta el neutro Ἡδύλειον / Ἡδύλιον como nombre de un monte de Beocia (D.19.6, etc.) y como nombre de mujer en AP 5.133.1 (Maec.) (vuelta al texto)
 
[42]
Cf. R. Rocher, «Mots fantômes en grec», AC 30, 1961, p.361ss. sobre βαλτωφόρος / καλποφόρος en los Addenda et corrigenda a LSJ de 1940. (vuelta al texto)
 
[43]
Señalado en Bull.Épigr.1968.139. (vuelta al texto)
 
[44]
REG 19, 1906, p.99.11. (vuelta al texto)
 
[45]
Jahresh. 28, 1926, 58, corrección recogida en MAMA 8.498. (vuelta al texto)

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