P. Boned - J. Rodríguez Somolinos
Repertorio bibliográfico de la lexicografía griega, Diccionario Griego-Español. Anejo III, Madrid, CSIC, 1998, pp.XI-XIX



Introducción


1. Presentación y plan de la obra.

Este libro está estrechamente relacionado con uno de los trabajos que se realizan habitualmente en el Diccionario Griego-Español: la recogida de bibliografía de la lexicografía griega, con objeto de utilizarla en la redacción de los artículos del mismo. Pero hemos pensado que esta recopilación bibliográfica podía ser útil también para otras personas y otras empresas científicas.

El libro está organizado en cuatro partes, de contenido bien diferenciado:

La primera parte es un Repertorio de índices, léxicos y concordancias de autores griegos, que suplementa y pone al día el Repertorium Lexicographicum Graecum de H. y B. Riesenfeld (Stockholm 1954).

La segunda y tercera parte constituyen el núcleo de la obra: por un lado una Bibliografía de obras complexivas o estudios generales de carácter eminentemente lexicográfico; y por otro lado una Bibliografía de palabras griegas, ordenadas alfabéticamente.

La cuarta parte, a modo de breve apéndice, agrupa por materias buena parte de los estudios complexivos (arquitectura, botánica, medicina, etc.).


2. Repertorio de índices, léxicos y concordancias.

Este repertorio debe su origen a la necesidad de actualizar el catálogo de índices y diccionarios de autores griegos de H. y B. Riesenfeld, el cual a su vez completaba el Repertorium Wörterverzeichnisse und Speziallexica de H. Schöne (Berlin 1907). Esta necesidad era patente ante el gran aumento de nuevas ediciones críticas de etxtos griegos publicadas a partir de 1954 que vienen acompañadas de un índice de palabras, así como por el enorme auge experimentado en la realización de índices, léxicos y concordancias, no como apéndices finales de una edición, sino como obras independientes. La elaboración de diccionarios de autor gracias a recursos informáticos en las dos últimas décadas ha facilitado enormemente la labor lexicográfica.

Nuestro repertorio da una visión panorámica de los índices, léxicos y concordancias existentes. Recoge el material de la obra de Riesenfeld e incorpora los diccionarios de autor publicados a partir de 1954, así como algunos anteriores a esta fecha que, por diferentes motivos, no habían sido recogidos. Las entradas van ordenadas alfabéticamente por el nombre latino del autor u obra, siguiendo la nomenclatura de la Lista I de Autores y Obras del DGE (Volumen III, Madrid 1991, pp. XXI ss., ampliada en el Volumen IV, Madrid 1994, pp. XXI ss. y el Volumen V, Madrid 1997, pp. XXI ss.). Bajo cada epígrafe aparecen citadas las distintas obras en orden cronológico. Tras los datos bibliográficos viene especificado brevemente el tipo de diccionario, índice, léxico o concordancia de que se trata, con precisiones del tipo «completo», «selectivo», «técnico», «glosas», «hapax», etc.

Quedan excluidos de este repertorio los índices de colecciones de papiros, ostraca e inscripciones, excepto cuando nos han transmitido la producción literaria de un autor o grupo de autores. La fecha límite que hemos fijado para la inclusión de material es el final del siglo VI d.C. Como excepción incluimos lexicógrafos, gramáticos, comentaristas, escoliastas, etc., como por ejemplo Focio, Eustacio o Miguel Efesio, cuya lengua responde más bien al sistema léxico de la literatura clásica. La misma salvedad hacemos con las obras de algunos Padres de la Iglesia que son fuente de autores anteriores, como Juan Damasceno.


3. Bibliografía de obras complexivas.

Esta bibliografía de estudios sobre léxico griego, ordenada por autores, recoge solamente las obras complexivas, esto es, los trabajos que estudian dos o más palabras de un campo determinado del vocabulario griego: medicina, botánica, geografía, amor, religión, etc. La cita bibliográfica completa de los libros y artículos que sólo hacen referencia a una palabra aparece exclusivamente bajo el lema griego en la Bibliografía de palabras.


4. Bibliografía de palabras griegas.

Esta tercera parte es una relación de palabras griegas que han sido objeto modernamente de algún estudio lexicográfico. Las palabras aparecen lematizadas y ordenadas alfabéticamente y las referencias bibliográficas dentro de cada entrada se presentan en orden cronológico. Cuando el término griego aparece en un estudio complexivo, la referencia bibliográfica remite abreviadamente a la lista del capítulo anterior: autor y año en el caso de los libros; autor y datos de la publicación (sin el título) en el caso de los artículos en revistas y volúmenes colectivos. Esta referencia va siempre acompañada de la indicación exacta de las páginas donde se estudia la palabra o, en su defecto, de las indicaciones «v. ind.» (véase índice) cuando las palabras se estudian en numerosos lugares del libro, o bien «s.u.» (sub uoce) cuando aparecen presentadas en orden alfabético. Para algunos libros organizados por apartados, nos ha parecido más práctico mantener este sistema de referencia.


5. Metodología y bibliografía utilizada.

La búsqueda de la bibliografía mencionada en los apartados 3 y 4 se ha realizado mediante la revisión directa o «despojo» de un amplio repertorio de revistas, monografías y volúmenes colectivos (actas de congresos, homenajes, misceláneas, etc.), y también acudiendo a diversos repertorios bibliográficos (cf. infra). El material se ha comprobado y completado principalmente en la Biblioteca del Instituto de Filología del CSIC y la de Filología Clásica de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid.

Desde un principio nos pareció de la mayor importancia para un trabajo de este tipo revisar directamente el mayor número de publicaciones que nos fueran accesibles, pues a menudo el contenido de un trabajo es mucho más rico desde el punto de vista del léxico de lo que el título permite sospechar. No todos los artículos aquí despojados tienen títulos tan explícitos como los de S.B. y J.J. Bodoh («Some corrections to LSJ», Glotta 53, 1975, pp.66-75) o G. Husson («Sur quelques termes du grec d'Égypte désignant des bâtiments agricoles», RPh 65, 1991, pp.119-125). Así por ejemplo, trabajos como los de W.A. Johnson, («Oral Performance and Herodotus' Histories», GRBS 35, 1994, pp. 229-254) o J.D. Morgan («Suetonius' dedication to Septicius Clarus», CQ n.s. 36, 1986, pp. 544-545) incluyen interesantes estudios sobre sendas acepciones de los términos ἀγώνισμα y ἀνατείνω. Los ejemplos podrían multiplicarse.

Entre las bibliografías revisadas destacamos en primer lugar L'Année Philologique (hasta el volumen LXIV, Paris 1996). Para el período 1976-87 hemos podido contar también con su versión electrónica, la Database of Classical Bibliography. Volume 1 (CD-ROM), editada por D.L. Claymann (Atlanta, Georgia 1995). También nos han sido de gran utilidad la base de datos Gnomon. Bibliographische Datenbank (CD-ROM) de J. Malitz (en su segunda actualización, München 1996), la Bibliographie Papyrologique de la Fondation Egyptologique Reine Elisabeth, en sus versiones en ficha (años 1971-94) y en disquetes, esta última realizada en cooperación con la American Society of Papyrologists (años 1976-90).

Por lo que se refiere a bibliografías organizadas directamente por palabras griegas, hemos de citar en primer lugar la sección Voces de la Bibliographia Patristica (Berlin 1959 ss.) y especialmente el repertorio de H.J. Sieben, Voces. Eine Bibliographie zu Wörtern und Begriffen aus der Patristik (1918-1978), Berlin - New York 1980. Con respecto a este libro, que es un repertorio con un planteamiento similar al nuestro, aunque de propósito más reducido, digamos que lo hemos utilizado exhaustiva pero críticamente, no recogiendo en él aquello que se refiere al período bizantino a partir del siglo VII. Para el resto, o bien remitimos paralelamente a los mismos trabajos, o bien de modo indirecto, esto es, a través del propio repertorio de Sieben, citado como un trabajo más. Esto lo hacemos en particular cuando se trata de bibliografía muy especializada y a veces de difícil acceso.

Otras bibliografías revisadas que ponen de relieve las palabras griegas estudiadas en algunos de los trabajos reseñados son las siguientes:
a) La sección Varia. Vocabulary del Supplementum Epigraphicum Graecum. Esta sección recoge, a partir del volumen XXVII, una media anual de 10 estudios sobre una o varias palabras epigráficas, comentados acertadamente además por los editores.
b) La sección Altgriechisch. Wortschatz, a cargo de W. Dressler y desde 1976 de M. Peters, en la Indogermanische Chronik, bibliografía que formó parte destacada de la revista Die Sprache entre los años 1967 y 1988-90. El número de referencias acompañadas de explicaciones fue creciendo progresivamente desde las 21 de la primera entrega hasta las más de 400 de la última.
c) La sección Mots nouveaux et mots rares, a cargo de L. Dubois, en el Bulletin Épigraphique de la Revue des Etudes Grecques, bajo la dirección de Ph. Gauthier. Esta sección recoge y comenta brevemente una media de 35 o 40 vocablos nuevos o de interés editados o estudiados en las publicaciones reseñadas ese año.


6. Criterios empleados y fines perseguidos.

A la hora de seleccionar lo que ha entrado a formar parte de esta recopilación nuestro propósito ha sido el de recoger los estudios que aportan elementos para un mejor conocimiento del léxico griego antiguo. En principio hemos seleccionado aquellos preferentemente orientados a la lexicografía, la lexicología y la semántica, pero secundariamente hemos incorporado, de modo menos exhaustivo, trabajos de tipo etimológico, gramatical o filológico, especialmente si hacen referencia al contenido léxico de los términos que tratan y a las fuentes antiguas que los documentan.

Hemos puesto especial énfasis en la bibliografía de los últimos 50 años, y dentro de ésta, muy especialmente en la de los últimos 20. Buena parte de las interpretaciones más antiguas indirectamente y de un modo u otro han acabado siendo incorporadas a los diccionarios, los léxicos de autor, las ediciones comentadas y otra bibliografía de referencia. Además, es claro que a partir de la bibliografía reciente siempre le será posible al lector tirar del hilo hacia atrás para localizar otros estudios anteriores, presentes o ausentes en esta bibliografía. Los estudios anteriores a 1940 que hemos recogido lo han sido en parte por su interés intrínseco a pesar del paso del tiempo (por ejemplo volúmenes como el de N. Hohlwein de 1912, el de A. Deissmann de 1923 o artículos como el de A. Cameron de 1931) y en parte también para dar una visión, aunque sea parcial, de la historia de los estudios sobre la palabra en cuestión. Ello facilita al lector la tarea de apreciar en qué medida unos estudios dependen de otros o en qué medida la información, directa o indirectamente, con razón o sin ella, llega o no llega a los diccionarios y a otras obras.

Al estudioso interesado en un término concreto, los diccionarios generales pueden ofrecerle una visión global, habitualmente concisa y sintética, a veces incompleta o atrasada. Si se trata de un término importante, pueden serle de ayuda también las enciclopedias y los diccionarios etimológicos. Además puede acudir a los bancos de datos de griego antiguo (TLG D CD-ROM, PHI #7 CD-ROM, etc.) para localizar una masa de materiales en bruto. A partir de los diccionarios y los bancos de datos, el investigador puede consultar los léxicos de los autores, en el caso de que existan, y sobre todo las más modernas ediciones críticas, los comentarios, las traducciones, etc.

Al llegar a este punto, puede haber localizado de pasada diversa bibliografía específica en libros y artículos, pero también puede ser que no, o no la suficiente. Lo que pretendemos con esta recopilación es ofrecer a los estudiosos de la antigüedad (no solamente a los especialistas en filología, lexicografía y lexicología griegas, sino también a los lingüistas, historiadores, epigrafistas, papirólogos, arqueológos, filósofos, antropólogos, historiadores de la ciencia, etc.) otro instrumento de trabajo al que acudir a la hora de abordar cualquier investigación para la cual sea preciso o interesante partir del estudio de tal o cual vocablo griego.

En un momento en que los bancos de datos con textos griegos antiguos ponen a nuestra disposición ingentes masas de materiales léxicos en bruto, creemos que es el momento idóneo para obras de este tipo, que ayudan a sobrellevar el esfuerzo crítico adicional que supone (para aquellos que quieran asumirlo) la existencia de dichos bancos de datos.


7. Algunas precisiones sobre bibliografía incluida y excluida.

Los autores de este libro no ignoramos la existencia de varios diccionarios de autor que incorporan de modo más o menos sistemático referencias bibliográficas en sus artículos. Es el caso por ejemplo del Lexikon des frühgriechischen Epos (Göttingen 1955 ss.). En el campo de la filología neotestamentaria este tipo de diccionarios tienen una larga tradición. Entre los más destacados podemos citar los siguientes: G. Kittel - G. Friedrich, Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, Stuttgart 1933-79; W. Bauer, Griechisch-deutsches Wörterbuch zu den Schriften des Neuen Testaments und der frühchristlichen Literatur. 6., völlig neu bearbeitete Auflage hg. von K. Aland und B. Aland, Berlin - New York 1988; H. Balz - G. Schneider (edd.), Exegetisches Wörterbuch zum Neuen Testament, Stuttgart - Berlin - Köln 19922. Precisamente el hecho de que esta bibliografía ya figure en obras de referencia al alcance directo de los lectores es la razón de que no hayamos despojado este tipo de libros en su busca.

Por otra parte, somos conscientes de que, por ejemplo en el caso de los papiros, muchos de los mejores estudios de palabras existentes se encuentran precisamente en las notas de las ediciones, se trate o no se trate de la primera aparición del término. Se pueden dar, entre miles, los siguientes ejemplos: POxy.3974.6 (J. Whitehorne, sobre θεαγός), PKöln 317.14 (K. Maresch, sobre ὀσπριγίτης), POxy.3737.7 (R.A. Coles, sobre κεμιοπώλης), PHeid.344.6 (A. Jördens, sobre ὑδροπαροχικός). Lo mismo cabe decir de no pocas colecciones de inscripciones. Véase por ejemplo CRIA 167.19 (L. Robert, sobre διαφωνέω); IP 8(3).161.12 (Ch. Habicht, sobre ἐγκοιμητήριον) o ICil.108.5 (G. Dagron, sobre μάσσινος). También es el caso, lógicamente, de muchos comentarios de autores clásicos, como los de E. Fraenkel, K.J. Dover, W.S. Barrett, etc. Pero recoger aquí este tipo de información excedería los límites impuestos a este trabajo y entendemos, de modo análogo a lo dicho más arriba a propósito de la bibliografía presente en algunos léxicos de autor, que los estudiosos pueden acceder a ella con suficiente comodidad. Solo excepcionalmente remitimos a ediciones críticas cuando se trata de algún capítulo dedicado expresamente al léxico significativo de los textos editados. Es el caso por ejemplo de los libros de C.B. Welles o A. Bielmann.

Sí nos parece interesante, en cambio, el recoger sistemáticamente referencias a diccionarios especiales como los de A.K. Orlandos - I.N. Travlos (arquitectura), V. Bécares (gramática), Ch. Mugler (geometría y óptica), S. Daris (latinismos en papiros), etc. En efecto, no es lo mismo saber que tal palabra pertenece a Homero o a Polibio y que por lo tanto se puede acudir a los léxicos de B. Snell o A. Mauersberger, que tener que imaginar que tal o cual término tiene una acepción arquitectónica o gramatical que la hace susceptible de figurar (no necesariamente) en los diccionarios de Orlandos - Travlos o Bécares, respectivamente. Pensamos que la inclusión de estas referencias sirve para prestar un considerable servicio a nuestros lectores y enriquecer este libro, aunque sólo sea con referencias a volúmenes donde se recogen citas de modo crítico y ordenado, como es el caso del libro de Daris.

Un número significativo de los trabajos aquí despojados pertenecen a la categoría de Addenda et corrigenda lexicis. Baste citar, entre otros, los nombres de S. Abramowicz, R. Renehan, R.J. Durling, Th. Drew-Bear, I. Avotins o G. Panayiotou. Otros recogen de modo escueto pero riguroso determinada categoría de vocabulario, a menudo teniendo como una de sus finalidades su incorporación a los diccionarios generales. Recogemos referencias a este tipo de bibliografía independientemente de que la información que contienen haya sido ya incorporada a los diccionarios. A veces no es el caso. Así por ejemplo el material aportado por A. Cameron en su artículo antes aludido «Latin words in the greek inscriptions of Asia Minor» (AJPh 52, 1931, pp.232-262) no es utilizado por el diccionario de Liddell-Scott-Jones (LSJ) en su novena edición (Oxford 1940) y sólo lo es en el Revised Supplement (Oxford 1996) de modo parcial e indirecto a través de los artículos de Drew-Bear en Glotta.


8. Palabras fantasma.

Las palabras fantasma vienen recogidas entre corchetes cuadrados, incluso aunque su carácter de `ghost-word' se haya demostrado en fecha posterior a otras publicaciones citadas. Así sucede, por ejemplo, con ἀλβόμαυρος o ἀπονουμεράριος, identificados como tal por J. Diethart con posterioridad a otros estudios. Se da incluso el caso de estudios posteriores a otros en los que ya venía denunciado el carácter de `ghost-word' de la palabra en cuestión, como ocurre con el término παντεξουσία, identificado como fantasma por J.T. Cummings en 1968, pero todavía en 1982 recogido como addendum lexicis por Detorakes. También se da el caso de que el carácter de `ghost-word' sea discutido por alguno de los autores citados. Un ejemplo de ello es λυκαιχμίαις, término alcaico que G. Burzacchini sigue defendiendo a pesar de la evidencia a favor de ἀλυκαιχμίαις aportada por A. Porro y H. Rodríguez Somolinos. Aquí no tenemos más remedio que tomar partido.

En general hay que decir que nos ha parecido una aportación interesante la de recoger las palabras fantasma, es decir, recopilar los estudios sobre palabras «que nunca existieron». Así por ejemplo, aquellos lectores del Revised Supplement del LSJ que quieran saber la razón de la indicación «delete the entry» s.u. διατυγχάνω o de la ausencia de dicho lema en el volumen V del DGE podrán saber en qué publicación se apoyan ambos diccionarios.

El trabajo lexicográfico a veces consiste en esto. No rara vez ocupa tiempo y esfuerzo que al final se ve reflejado en la publicación impresa mediante la ausencia de citas o lemas, sin que haya modo de distinguir entre ausencias justificadas e injustificadas, esto es, debidas a error o inadvertencia. Los especialistas en papirología saben bien donde acudir para encontrar la razón de la eliminación de tal o cual palabra. Más laborioso suele ser dar con la solución en el caso de las inscripciones.

Pero sin duda mucho más desalentador que este tipo de esfuerzo callado es descubrir cómo palabras fantasma identificadas hace años cobran nueva vida en publicaciones recientes que ocasionalmente reproducen información tomada de libros anteriores sin comprobarla. Es el caso por ejemplo del recentísimo Vocabolario della Lingua Greca de F. Montanari (Turín 1995), que «resucita» palabras rechazadas por los más modernos editores. Ejemplos de esto son los términos διμηνία (en «ISyll3 344.105»: se trata de δίμηνος, cf. Welles, RC 3.107), δίακτος (en «CIG 2820A.10»: se trata de δρακτόν, cf. MAMA 8.492(b).10), διαίτωμα (en «BCH 25.350 (IIa)»: se trata de διαιτός, cf. FD 4.355) o δισυνεγγυάω (en «PSB 4369.2.6 (IIIa)»: se trata de συνεγγυάω, cf. Berichtigungsl.7.183). En estos cuatro casos, los «más modernos editores» datan, respectivamente, de los años 1934, 1962, 1976 y 1986.

De todos modos, es claro que nadie está libre de este tipo de errores, y menos cuando se trata de inscripciones. No son pocas las palabras fantasma recogidas en anteriores fascículos de nuestro DGE. Algunas podían haber sido detectadas en su día, otras no. En cuanto al LSJ, que es obviamente la fuente del Vocabolario para estos lemas, elimina en su Revised Supplement δίακτος y διμηνία, pero calla sobre διαίτωμα y δισυνεγγυάω.

No se ha dado el caso en este repertorio de que una palabra identificada como `ghost-word' deje de serlo de resultas de una nueva publicación, pero ello puede suceder en cualquier momento. Muchas palabras fantasma están perfectamente formadas y su «inexistencia» como términos aceptados puede deberse no sólo al distinto criterio de los editores que investigan la tradición manuscrita de los textos antiguos, sino también al puro y simple azar de los hallazgos papirológicos y epigráficos. Véase a modo de ejemplo J. Rodríguez Somolinos, «Notas lexicográficas», Emerita 56, 1988, p. 242 s. (a propósito de ἀπηρτημένως), y en general J. Rodríguez Somolinos y J.A. Berenguer Sánchez, «Lexicographie grecque et Papyrologie: le Diccionario Griego-Español», Akten des 21. Internationalen Papyrologenkongresses- Berlin, 13.-19.9.1995, Stuttgart - Leipzig, Teubner, 1997, pp.858-866.


  9. Algunos datos concretos.

Para dar algunos datos concretos sobre la Bibliografía de palabras griegas, digamos que incluye 34261 lemas diferentes. Todos estos lemas remiten a 6896 publicaciones, de las cuales 3511 son citadas una sola vez y 3385 lo son más de una vez. Todo esto suma 65817 referencias bibliográficas diferentes. Es fácil advertir que esto supone remitir a muchos centenares de miles de citas estudiadas en toda esa bibliografía y a un número incalculable de páginas.

A título de curiosidad, presentamos aquí una lista de las veinticinco palabras que han sido objeto de un mayor número de estudios.

84 λόγος

51 δίκη

41 εἰμί

35 δόξα

33 ὕβρις

60 νόμος

47 ἀρετή

41 θυμός

35 βασιλεύς

33 σῶμα

56 φύσις

43 δύναμις

36 εἶδος

34 πόλις

33 ἱερός

54 ψυχή

43 δαίμων

36 αἰδώς

33 οἶκος

32 ἀρχή

54 νόος

42 κόσμος

36 ἀλήθεια

33 φίλος

32 ἀγαθός


Como se puede apreciar, ello no es casual ya que se trata de términos fundamentales en la historia de la filosofía, la religión, la ética, la política y el pensamiento occidental en general. Sin embargo, una simple ojeada al índice temático que cierra el libro permitirá al lector apreciar la gran variedad de terminologías técnicas, campos semánticos y vocabularios de autor que abarcan los estudios recogidos en este libro.


10. Lematización.

Sobre la lematización, hay que decir que no es tan estricta como en el DGE. Depende de la forma de la palabra en que centre su estudio el autor. En general hemos respetado como lemas independientes los adjetivos neutros sustantivados, los adverbios, los verbos en voz media, los adjetivos en comparativo o superlativo, etc. Pero cuando más de un estudio se refiere a formas alternativas de la misma palabra unificamos para evitar demasiada dispersión. A veces las diferencias son poco significativas y se refieren más a cuestiones formales asociadas a los textos estudiados (acentos o grafías alternativas, variantes dialectales, etc.) que a cuestiones de contenido.

Aparte de esto, digamos que no son pocos los errores que nos hemos encontrado en la bibliografía consultada. Parte de nuestro trabajo de lematización ha consistido en evitar perpetuar esos errores. Hemos hecho por tanto una tarea de revisión y unificación no desdeñable, para no repetir errores y para evitar disgregar la información por afán de respetar datos irrelevantes para el contenido léxico del lema. Por otra parte, también hay que decir que no estamos necesariamente de acuerdo con las lematizaciones adoptadas en algunos estudios. Así por ejemplo, P. Wahrmann lematiza la forma ασκομισθων bajo ἀσκομίσθης, si bien probablemente se trata de ἀσκόμισθος (cf. IEphesos 444).

En efecto, aunque no será demasiado frecuente, puede darse el caso de que haya en esta bibliografía referencias a palabras ausentes, no ya de LSJ, sino incluso de los volúmenes publicados del DGE, especialmente de los primeros. Esto puede deberse no solo a razones de cronología (en cuyo caso es explicable) sino también a distintos criterios de lematización (como en el caso antes apuntado), a distintas lecturas en las ediciones críticas adoptadas y en algún caso a simples equivocaciones o inadvertencias.


11. Abreviaturas y convenciones.

Las abreviaturas para citar las revistas son las mismas que utiliza L'Année Philologique. En caso de no estar recogidas por esta publicación damos el título completo y el lugar de edición. Con respecto a las indicaciones «v. ind.» y «s.u.», remitimos al apartado 4 de este introducción. Recordamos también que las palabra fantasma aparecen citadas entre corchetes cuadrados.


12. Un libro realizado en dos fases.

Antes de dar las gracias a las personas que nos han ayudado, conviene explicar que éste es un libro realizado en dos fases bien diferenciadas, tal y como permite adivinar su portada. En una primera fase, iniciada ya en los años sesenta y principios de los setenta por algunos antiguos colaboradores del DGE (cf. vol. I, Madrid 1980, pp.XXVI-XXVII) y que concluyó en el año 1992, Pilar Boned dejó preparado un primer original, realizado por ella bajo la supervisión de D. Francisco R. Adrados. Cuando tres años después nos planteamos seriamente la publicación, El Dr. Adrados tomó la decisión de acometer una revisión en profundidad de las partes segunda y tercera del libro, orientada al estudio del conjunto de la bibliografía tomada en consideración y no sólo de la más reciente. De esta revisión se encargó un equipo dirigido por Juan Rodríguez Somolinos y formado por Eva Vallines Menéndez, becaria adscrita al proyecto DGE, Jorge Martínez de Tejada Garaizábal y Eugenio Luján Martínez, ambos colaboradores del proyecto. Esta segunda fase de trabajo, facilitada por el empleo de un sistema de bases de datos, permitió corregir diversos errores e inconsecuencias, completar numerosos datos y sobre todo añadir abundante documentación a la Bibliografía de palabras griegas, que incluye ahora un número de referencias bibliográficas superior al triple del original. Por su parte, Pilar Boned se encargó de actualizar el Repertorio de índices, léxicos y concordancias con la bibliografía aparecida en los cinco últimos años. Posteriormente, Juan Rodríguez Somolinos preparó el original informático del libro y se ocupó de todo el proceso de autoedición y corrección de pruebas.


13. Agradecimientos.

Para acabar, queremos hacer constar nuestro agradecimiento, en primer lugar, a D. Francisco R. Adrados, promotor y estímulo de este trabajo en sus varias fases. También a todos los miembros del equipo del Diccionario Griego Español, por sus múltiples aportaciones de nuevos datos, y de manera especial a Concepción Gil Gangutia, por la ayuda prestada en el proceso de autoedición del libro, y a José Antonio Berenguer Sánchez, por su asesoramiento en el diseño de las bases de datos que sirven de soporte a esta Bibliografía. También a Daniel Riaño, que revisó cuidadosamente esta introducción.

En segundo lugar, queremos dar las gracias a D. Emilio Fernández-Galiano, Director de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, por el interés que ha puesto en este libro.

Por último, damos las gracias al personal de la Biblioteca del Instituto de Filología del CSIC por su inestimable ayuda. En primer lugar a su directora, Pilar Martínez Olmo, y muy especialmente a los bibliotecarios cuyo trabajo está más directamente relacionado con el mantenimiento y actualización de nuestro fondo bibliográfico, a Francisco González Sarmiento, Soledad Barbado Madrigal, Angeles Rodríguez García y Josefina Rodríguez Castro. También agradecemos la ayuda prestada por el personal de la Biblioteca de Filología Clásica de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid.

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